La historia de tu vida, Ted Chiang

La historia de tu vida comprende 8 relatos que, narrados bajo el paraguas de la ciencia-ficción, describe una suerte de crónicas que incitan al lector a tejer una red de compresión mística y científica en un verdadero ejercicio mental de entendimiento.

Notas iniciales

Siendo, como soy, una lectora normal, de a pie, tirando a una cierta simplicidad e ignorancia, (que no mediocridad, no me da vergüenza admitirlo), reconozco que esta obra me ha supuesto un desafío, por lo que se refiere a la compresión de ciertos conceptos y planteamientos. ¿Para qué vamos a ostentar lo que no se es, siendo lo que se es como una verdad que nos hace realmente libres?

Una historia que refleja esto que digo se puede encontrar en las Analectas1 de Confucio que cuenta cómo Confucio no había visto nunca el mar. El cuento, más resumido que el original, sería algo así…

«En un caluroso día de verano, Confucio escuchó un ruido mientras iba en carro de viaje. Creyendo que era debido a una tormenta eléctrica en la montaña, pidió detenerse. Uno de los estudiantes que lo acompañaban dijo que este el sonido era el de las olas golpeando las rocas de la orilla al otro lado de la montaña. Confucio, con curiosidad, pidió ir a ver el mar, ya que nunca lo había visto.

Después de un rato, Confucio sintió sed, y en este momento, un pescador le ofreció agua limpia. Después de beber, Confucio dijo que el agua de mar le sabía deliciosa a lo que el pescador, sonriendo, dijo que el agua del mar era salada y amarga, dando a entender que era ignorante al no saberlo. El discípulo de Confucio recriminó al pescador por no saber quién era el famoso Confucio. Éste lo escuchó y, sintiéndose muy avergonzado, tras meditar un rato, dijo sinceramente a sus discípulos, que no debemos fingir entender. Si no sabemos algo, simplemente, no lo sabemos».

Antes de hablar de la novela en sí, quiero pararme un poco en un par de datos biográficos del autor. Ted Chiang, hijo de emigrantes chinos y estadounidense de nacimiento, estudió ciencias de la informática. Actualmente se dedica a escribir novelas de ciencia-ficción y manuales técnicos de software. Ha recibido varios premios por sus relatos como el Nébula2, Theodore Sturgeon Memorial3, Hugo4, BSFA5, Locus6 y Astounding7 entre otros. Después de saber ciertos detalles, me expliqué el porqué de algunas interpretaciones tan precisas y concretas.

Pero, claro, eso no lo es todo. Se tiene que tener ese «duende», esa inquietud que es la que te lleva a escribir cosas por los rincones. En algún sitio leí que se tiene madera de escritor por varias razones, una de ellas por acumular libretas por toda la casa con cosas varias escritas. ¿Eres tú una de esas personas?

Autor: Ted Chiang

El contenido

La Historia de tu Vida comprende 8 relatos: La Torre de Babilonia, Comprende, Dividido entre 0, Setenta y dos letras, La evolución de la Ciencia Humana, El Infierno es la ausencia de Dios, La Historia de tu Vida y ¿Te gusta lo que Ves?

La Torre de Babilonia nos traslada el relato de la construcción de una gran torre en Mesopotamia. Convertida en una ciudad en sí misma, cuyo propósito, llegar al mismo cielo, termina por establecer una conexión mística con la bóveda celeste, regalándonos un final extraordinario y espiritual.

En la gesta Comprende, conocemos a dos personas que llegan a ser tan inteligentes que se establece una suerte de competición entre ellos, rozando tintes de pugna entre dioses.

Dividido entre 0 nos cuenta que podemos dudar de la exactitud de las matemáticas y que, de hecho, se puede poner en tela de juicio algo tan preciso e inflexible.

La narración de Setenta y dos letras nos sumerge en un relato que ilustra como entre cábala y gólems se puede establecer una relación, perfectamente científica, que derive en un ser claramente autónomo y autosuficiente.

En La Evolución de la Ciencia Humana vemos como la propia ciencia queda relegada a simples hechos, puntuales y anecdóticos en un mundo de una suerte de metahumanos.

Vivir en una sociedad donde el odio a Dios es posible, y sucede de facto, en El Infierno es la Ausencia de Dios. Un mundo donde la existencia de Dios es real y sus ángeles son estrellas mediáticas.

¿Pueden los extraterrestres enseñar a la humanidad un lenguaje semasiográfico que desarrolle sus conciencias de forma atemporal?

Si tuvieras la opción de ignorar los cánones estéticos mediante una programación, ¿te dejarías programar? Tu persona se desarrollará académicamente sin obstáculos ni distracciones. Pero, ¿sacrificarías el disfrute del sentido de la propia belleza? Es para pensarlo.

Referencias e impresiones

Portada

Como saben, la película «La llegada» es una adaptación de La historia de tu vida, dirigida por Dennis Villeneuve. Confieso que vi la película antes de leerme la novela (la he visto varias veces, de hecho). Eso suele pasar. Y no he sentido la sensación que haya perdido valor el relato original, tanto es así que le añade más chicha, más sustancia que estudiar. Tampoco suelo ser yo de esas personas que se rasgan las vestiduras con las adaptaciones al cine de libros (por supuesto, hay excepciones sangrantes, pero es culpa del/la director/a). Para eso, ya están «esas personas». Como esas otras personas que no beben café y te miran raro porque tú te lo inyectarías en vena. ¿Nunca os han preguntado cuántos cafés tomáis al día?

Imagen de «La llegada».

Son muchas las cuestiones para pensar y debatir. Por ejemplo, se me ocurre en este momento el hecho de la longitud de los relatos. Si fuesen más extensos, igual nos explotaría la cabeza. Y, aún así, ha dado para llevar al cine uno de ellos. Como dije al principio, esta lectura requiere un ejercicio de comprensión que va más allá de resolver una sencilla ecuación, cuya ejecución es muy concreta. Para este ejercicio no basta un proceso específico, hay que echar mano de imaginación y otro poco de abstracción. Para conectarse con la lectura tenemos que valernos de una suerte de misticismo llámese filosófico y/o pagano si me dejan. Y a eso le añadimos un poco de argamasa científica, perfectamente estructurada. Algo que, por otra parte, evoca los relatos de Asimov.

Por supuesto, me quedo corta. Pero eso no quita que en algunos pasajes sintiera cierto tedio. Aunque luego, cuando lo piensas, llegas a la conclusión que merece la pena ralentizar el time line si bien la dicha es buena y si te arrimas a un buen libro, buen argumento te cobija. En fin, que me lío con el refranero y yo no soy muy buena con los refranes y las citas. Para eso ya están los que, de verdad, sabían lo que decían…

«Necesitamos libros que nos afecten como un desastre, que nos entristezcan profundamente, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, como ser desterrados a un bosque alejado de todo, como un suicidio. Un libro debe ser como el hacha que rompe el mar helado que habita dentro de nosotros. Eso es lo que creo». 

Franz Kafka

Ya poco me queda añadir, salvo el hecho de que somos seres maravillosos (menos los que no toman café) y cómo decía Carl Sagan «Somos polvo de estrellas». Aprovechemos ésta, nuestra existencia terrenal, porque hemos sido tocados por una suerte de varita de un ser superior llamado evolución, que pensó que merecía la pena probar. Pues probemos…

V.

Notas:

  1. Analectas de Confucio: En chino Lún Yŭ «discusión sobre el significado de las palabras», son una serie de charlas que Confucio dio a sus discípulos, y las discusiones que mantuvieron entre ellos.
  2. Premio Nébula de Novela: Se otorga anualmente, desde 1965, por la Asociación de Escritores de Ciencia Ficción y Fantasía de América (SFWA) a la mejor novela publicada el año anterior al del fallo del jurado. El premio es una estatuilla conmemorativa.
  3. Theodore Sturgeon Memorial: Otorgado por el Centro para el Estudio de la Ciencia Ficción de la Universidad de Kansas al relato de ciencia-ficción publicado en el año anterior. Nombrado así en homenaje a a Theodore Sturgeon (autor de la Edad de Oro de la ciencia-ficción). El primer premio fue establecido en 1987 .
  4. Premios Hugo:  Galardones otorgados anualmente a las mejores obras de ciencia-ficción/fantasía publicadas el año anterior. Nombrados así por el fundador de la revista Amazing Stories e inventor del término ciencia ficción, Hugo Gernsback. 
  5. Premios BSFA son premios anuales con origen en 1970 por la Asociación Británica de Ciencia Ficción para premiar obras en este género.
  6. Premios Locus: Premios otorgados cada año, desde 1971, por la revista estadounidense Locus Magazine a aquellas obras destacadas de ciencia ficción, fantásticas y de terror.
  7. Astounding: Premio al mejor escritor novel de ciencia ficción o fantasía. Desde 1973, es otorgado por el comité de la Sociedad mundial de ciencia ficción en la ceremonia Worldcon.

Fuentes de imágenes:

  • Ted Chiang: Boyle, A. (2020, November 8). Science-fiction master Ted Chiang explores the rights and wrongs of AI. GeekWire. https://www.geekwire.com/2020/sci-fi-master-ted-chiang-explores-rights-wrongs-artificial-intelligence/
  • La Historia de tu vida (portada): Noragueda, C. (2016, November 25). El estupendo libro de relatos que hay tras “La llegada.” Hipertextual. https://hipertextual.com/2016/11/la-historia-de-tu-vida-ted-chiang
  • La llegada: Literatura, C. y. (2022, May 18). [Crítica] “La llegada”: La luz del lenguaje en la noche de los tiempos. Cine y Literatura. https://www.cineyliteratura.cl/critica-la-llegada-la-luz-del-lenguaje-en-la-noche-de-los-tiempos/
  • Imagen destacada: Ted Chiang – La historia de tu vida. (n.d.). Resibooks.com. Retrieved January 3, 2023, from https://www.resibooks.com/2020/05/ted-chiang-la-historia-de-tu-vida.html

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«Frankenstein o El moderno Prometeo» de Mary W. Shelley.

Una historia de fantasmas

     Quisiera decir que en la noche de ayer me vi en la necesidad de levantarme en plena madrugada para comprobar que en casa sólo estábamos mi marido y yo descansando. Pero no fue así, ya que esa sensación está casi anclada en algún momento de mi vida, que no es ahora. En algunas ocasiones, y con ciertas lecturas, nos embarga el desasosiego y vemos fantasmas donde no los hay.

     Como suele pasar muchas veces, y en una reunión de amigos, muchas veces se habla, se arregla el mundo, se cuentan historias y se lanzan desafíos. Esta historia nace de una de esas reuniones, lanzando uno de esos desafíos. La reunión en cuestión era de unos amigos inmersos en el mundo de la literatura, Lord Byron y Mary Shelley entre ellos.  Y el desafío consistió en escribir una historia de fantasmas, la más terrorífica historia de fantasmas. Pero como pasa a menudo, algunos lo llevan a cabo y otros no. Mary S. sí que llevó hasta el final el desafío, como si fuese algo personal, ya que su mayor empeño era ser escritora. Así pues, nace Frankenstein o el moderno Prometeo.

     En una fecha indeterminada del siglo XVIII, un barco rescata a un hombre en pésimas condiciones en el hielo del Mar Ártico. Se trata de Víctor Frankenstein. El capitán del barco, Robert Walton, ávido de saber y de amistad, le acoge y le ofrece cuidados. Víctor observa en el capitán las mismas ansias de conocimiento que tenía él y que le llevó a la desgracia. Es entonces, cuando le revela toda la historia. Una historia que Walton relata a su hermana por carta, convirtiéndose así, en una espectadora en la lejanía de la terrible narración. «Frankenstein crea un ser al que le infunde vida, para más tarde abandonarlo a su suerte, tras descubrir su monstruosidad. Un  ser con alma que sólo busca amor y compañía».

     Una historia que no deja indiferente a nadie. Repleta de mensajes de todo tipo. El más alto, el de la inmortalidad, un concepto que nos acompaña desde tiempos antiguos. Pero yo me quedo en lo sencillo y no puedo más que empatizar con esa criatura que, sola, y vagando por el mundo buscando afecto, soporta horrores indescriptibles para conseguirlo. No puedo estar indiferente ante el empeño egoísta de aquel que habiendo creado, reniega de su creación.

     Décadas después de leer esta «historia de fantasmas», me veo en la obligación moral de rescatarla y traerla a mí de nuevo. Aún después de aquello, el cine tuvo el placer de bendecirnos con la adaptación de James Whale y la brutal interpretación de Boris Karloff en 1931 (¿quién no recuerda la escena con la niña?), y que quedó en nuestra memoria colectiva. Aunque de todas todas, siempre me quedaré con la versión de Kenneth Branagh como la más cercana a su relato original. Algún día comentaré cosas de interpretaciones bestiales…

Boris Karloff

     Cuando la leí la primera vez, me quedé hipnotizada por la criatura, por su amor e inocencia. Con el tiempo, además de eso, me agrada reconocer que el afán por saber de su creador fue la arteria y sin ella, la historia no tendría el carácter inherente que posee.

     Pero Nicolás Maquiavelo nos reveló que «el fin justifica los medios». Asimismo, las aportaciones de Baltasar Gracián cuando dijo «Todo lo dora un buen fin, aunque lo desmientan los desaciertos de los medios» (de su obra Oráculo manual y arte de prudencia, 1647); y Hermann Busenbaum, en el Manual de teología moral de 1645 «Cuando el fin es lícito, también los medios son lícitos (cum finis est licitus, etiam media sunt licita).  Pero, ¿qué es lícito y qué no? Esto nos llevaría a plantearnos los avances en la medicina de mano de los médicos nazis. La historia, por sí misma, nos regala sus propios monstruos de Frankenstein.

     En un momento de la historia del siglo XIX,  saber y entender que una mujer como Mary W. Shelley escribió este gran coloso, considerado como primero en el género de ciencia-ficción, de una dimensión sin precedentes, es una revolución en toda regla y como mínimo. Bastó hacerlo así, después de una reunión de amigos, para dar a luz esta genialidad. Los tiempos venideros sólo han hecho más que darle la razón.

Gracias M.S.

  • Foto portada original extraída de audiolibro.com.
  • Foto B. Karloff extraída de Pixabay.com.
  • Imagen de Mary Shelley extraída de wikipedia.org.

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