«La Almería extraña» de Alberto Cerezuela. Por Victoria Santisteban.

En mi incansable camino por satisfacer la curiosidad que me suscita mi tierra y el misterio, sigo con mis lecturas de escritores almerienses. En este caso, vuelvo a repetir autor, Alberto Cerezuela.

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Esta tercera entrega de Alberto, La Almería extraña, me atrapa de nuevo, porque no podía ser de otra forma y ha sido aún más apasionante, porque la mayoría de las historias me eran algo más afines, bien por proximidad, bien por propia inquietud.

En cualquier caso, tengo que decir que, aunque tu experiencia, se aprecia desde el principio de tus obras, no me cabe duda, en esta entrega se nota esa madurez de aquellos que llevan sobre sí una veteranía más que trabajada. Es un «todo», cómo lo expresas, cómo lo percibes. Es ese bagaje emocional que se respira a través el baile de las palabras. Todo un dechado de percepciones para los sentidos (por eso voy anotando, para ir aprendiendo de todos vosotros).

En cuanto a las historias, ha sido difícil escoger. Desde que tomaste aquel americano con José del Pino en el kiosko Amalia, fue complicado desconectar del libro, aunque tuviera que hacerlo ex profeso, para centrarme en otras obligaciones. Pero, ya se sabe, que los «artistas de las letras» son tales porque consiguen tener al lector enganchado, aunque no tengan el libro físicamente en sus manos. La historia de los refugios y la guerra civil no me es indiferente. ¿Quién no tiene un antepasado caído en desgracia por esa insensata guerra? Por circunstancias y/o casualidades no los he visitado aún. Lo tengo pendiente de mentalizarme y prepararme.

Refugios

En cuanto a los Personajes extraños y Singulares decir que, aunque es un tema que no es santo de mi devoción, ha sido llamativo conocer a todos y cada uno de ellos, aunque la ignorancia haya campado a sus anchas a lo largo y ancho de esta tierra, hasta hace muy poco…

Conocía la historia de las Ánimas benditas desde hace tiempo. Historia que pude ver, también, en el programa Cuarto Milenio. He de confesar que una época muy desgraciada de mi vida, estuve a punto de dejarme caer por allí, por propia desesperación.

Estar situados dentro de una franja sísmica, tenía que reportar a Almería algún que otro suceso, extraño o no. En este caso, Alberto trata el episodio de Vera con impecable rigurosidad. Me quedo con la duda de quién pudo ser el artista del Sagrado Corazón. Un tema que me descoloca y me causa malestar es el relacionado con la religiosidad y los exorcismos. Por eso creo que la forma de abordar este tema tan sensible, ha sido sensata y respetuosa. Me causa estupor ver hasta donde llegan algunas personas, su inconsciencia y oscurantismo.

Gracias por volvla-casa-del-cine-de-almeria-turismo-300x250er a refrescar mi memoria con la crónica de la Casa del Cine. Aún tengo recuerdos de la ruta nocturna cuando nos dabas testimonio de ella. Esta casa me producía un gran impacto cuando era pequeña. En aquel tiempo estaba yo en la Salle de las Chocillas (barrio de Los Molinos) y no había día que me apostara frente a ella como una boba. Era una sensación entre intriga, curiosidad y miedo.

En este punto creo que la historia que más me ha interesado, ha sido la del Asesino de los barrancos. También la recuerdo de la ruta nocturna, aquel viernes por la noche. Me parece un relato de investigación lo bastante sólido, como para que se tome en serio. Por ende, soy admiradora de Vicente Garrido, con lo cual, esto ha sido una auténtica dádiva para mi.

Desconocía la historia de las Dos Torres de Benahadux. Solía ver edescargaste cortijo en la lejanía cuando estudiaba diseño gráfico, ya que iba casi todos los días a esta localidad. La singularidad de la arquitectura me llamaba la atención y siempre tuve ganas de conocer su biografía. Aunque sea escéptica en algunas cosas (siempre, desde el respeto), sé y me consta que existen lugares que mantienen las energías del pasado, viéndose impregnados de las vivencias de quienes habitaron en ellos. En esto, siento muy pocos recelos.

Para finalizar, decirte que contar con la colaboración de dos monstruos como Iker Jiménez y Jesús Callejo, me ha parecido el colofón magistral a tan excepcional trabajo.

Gracias. V.

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«Almería con otra mirada. Guía de la ciudad» de Jesús Muñoz. Por Victoria Santisteban.

Leer esta guía de Almería ha significado para mi una reconciliación con mi tierra. Pero no en el sentido literal, no. Como muy bien dices Jesús, en el prólogo, somos algunos almerienses los que relegamos a nuestra ciudad por lo que no sabemos transmitir su grandeza, que es inagotable. Supongo que la edad, la experiencia o la madurez, nos da la perspectiva adecuada para apreciar el suelo que pisamos. Por eso al leer cada página, al mirar cada foto, se me erizaba el vello al comprender al fin, toda la majestuosidad que encierran las calles de Almería. portada-Almería-Otra-Mirada

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Una guía que no he sentido como la típica. Ha sido una ruta de emociones, en las que alguien me llevaba de la mano por esas calles y barrios y me iba relatando, con mucho cariño, cada detalle, historia y su origen; era como seguir sus pasos mientras escuchaba su voz cuando hablaba con las personas del lugar: quién, cómo, por qué…

He aprendido muchas cosas que desconocía, no siento vergüenza en decirlo. Sentiría vergüenza si me lo callara. Algunas sí que las sabía y otras las tenía frescas y recientes de mis lecturas de Alberto. Me he emocionado sobremanera al llegar al barrio de los Molinos y ver «El Molino» de los Díaz. Fueron tantas las veces que jugué allí de pequeña. Aunque no fue el barrio que me vio nacer, ya que éste fue Regiones devastadas, sí que fue el que me acogió en adopción. Las casas de Durbán, cerca de la carretera Alhadra, durante 30 años. Unos gratos recuerdos, otros no tanto. No se me podrán olvidar aquellos años en los que nuestras calles no estaban alfaltadas y jugábamos a la comba, a la rayuela, al elástico, escondite…Y nos metíamos cada leche en el vasto suelo, y tan panchos. Nos jugábamos el tipo a diario, pero como si nada. ¡Ay, bendita juventud!

imagesSí que es verdad esa expresión «voy a bajar a Almería» o «voy a Almería» cuando teníamos que hacer algo en el centro. La he escuchado toda mi vida. Y creo que aún se conserva.

Recuerdo la rambla antes de ser modernizada, el antiguo kiosko de Chirivía, la estación de tren, muchas tiendas de toda la vida de las que muchas han cerrado, ir al Paseo a pasear y comer pipas del pipero. Recuerdo la plaza de San Antón, cuando jugábamos mis hermanos y yo con nuestros amigos del barrio de Pescadería, allá por finales de los años 70.

Como puedes ver Jesús, lo que me he emocionado con este lportobabelibro no es poco. El otro día te decía que me había parecido un libro muy dulce, porque  había conseguido rescatar muchos recuerdos de mi niñez.  Pero además es elegante, muy bien documentado y, creo no equivocarme, cuando digo que bien podría ser «La guía» referente para recorrer Almería, libro en mano. (Espero que ya lo sea).

Ha sido tan bonito leer esta guía y vivirla, que he decidido regalársela a una persona muy especial, con tu permiso. Esta persona vive a 13.000 km de Almería, pero cuando le hablo de mi tierra, se le iluminan los ojos. Con admiración, a mi querida Stella Feng, que se esfuerza tanto estudiando español cada martes y jueves. This is the first step, Stella.

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Jesús, gracias por un libro de este calibre. Gracias por tu tiempo, tu investigación y tu pasión por Almería. Se respira en cada palabra tu adoración por esta tierra y eso, amigo mío, es una belleza. V.

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