Adquirí unos cuantos ejemplares (que ya he vendido…) con la intención de difundirlos, como no puede ser de otra manera. Cuando vi que me quedaba uno, me lo guardé, para leerlo más adelante. Como siempre hago con los que voy leyendo, lo puse en el reposa brazos del sofá. Ahí los voy amontonando para ocuparme de ellos cuando buenamente puedo. Una noche empecé a ojearlo. Por poco me lo acabo, es que era magnetismo. Como era tarde, lo dejé y a la mañana siguiente leí, leí en voz alta, como cuando estaba en el colegio. Leía para alguien, para esos amiguitos imaginarios que teníamos cuando éramos pequeños…Mis palabras resonaban haciendo ondas como el viento. Fijaos lo que hacen los cuentos. Te hacen grande.
Este libro me hablaba de reflexiones, de moralejas, de historias que no te dejan indiferente. «Cuentos para entender el mundo» es, probablemente, uno de los libros más dulces que he leído en mucho tiempo. Una preciosidad que invita a imaginar situaciones en las que somos niños, en las que somos mejores personas. Nos saca lo mejor…A fin de cuentas, somos muchos adultos los que, a veces, complicamos las cosas. Por eso este libro te rescata ese niño interior que nunca te ha abandonado, porque siempre ha estado ahí y que, con el tiempo se ha ido difuminando sin darnos cuenta.
He disfrutado con cada cuento, con cada página y con cada palabra. Me he emocionado con sus ilustraciones, también. Una suerte de dibujos bellísimos, perfectos para las narraciones.
Quiero entender que un libro como este ha recorrido los cinco continentes (o , al menos, algunas de sus historias) porque no podría asimilar que no se hablara de algo tan hermoso.
Es un libro tan completo que lo incluiría en las lecturas de primaria y secundaria para realizar debates, comentarios y organizar tertulias, o mejor, charlas…de niños, siempre de niños… Porque no solo de hincar codos se basan los estudios. Fomentar una lectura que genere un foro, desarrolla la inteligencia y la creatividad. Y algo que para mi es muy valioso, «ver lo importante de las cosas», además de crecer en valores como el amor, la amistad, la fraternidad, la igualdad… Imprescindibles para vivir la vida de forma plena.
Me quedo con las ganas de conocerte en persona, Eloy. Porque he vivido tan intensamente los cuentos que, además, también los he reflexionado en voz alta. Quería escucharme, más aún… Grande…eso no lo consiguen muchos… Este mundo necesita más libros como este porque tenemos que ser niños. Por que los niños aclaran la mente, difuminan las dificultades y sienten la felicidad en todo momento. Como le dije a una persona una vez «Para la vida real, siempre quedará tiempo…». Y si no, no importa tampoco, ya hay otros…
Gracias Eloy. Fue una delicia.