No sé si lo comenté en la primera entrega, pero esta serie de Cuentos para entender el mundo tienen unas instrucciones de uso algo particulares. Como por ejemplo que hay que leer un cuento al día y justo antes de irse a la cama. De este modo tendremos toda la noche para pensar sólo en ese cuento y así, al día siguiente, podremos comprenderlo, asumirlo, meditarlo, etc. Bueno, pues yo no lo he hecho. Lo leí de tirón (resulta imposible no hacerlo). También dice que hay que leérselo a otras personas. Bueno, pues tampoco lo he hecho, pero reconozco que este punto sí que es interesante hacerlo. En mi caso, he realizado un selfie de lectura, si pudiéramos llamarlo así. Por otro lado, aconseja vivirlo, sentirlo, imaginarlo y transmitirlo. Y en eso estoy…
Cuentos para entender el mundo son una suerte de relatos con unas hermosas enseñanzas destinadas a todos los públicos entre 6 y 106 años. Unas finas y sencillas moralejas que nos desgranan el sentido de la vida. Halcones que no vuelan, jardineros a los que no les crecen las plantas, zapateros con visiones empresariales distintas, unas tazas demasiado valiosas, demasiado poder concentrado en una persona y si todo lo malo que ocurre pudiera tener una parte positiva. Son algunas de las historias que nos dejan conceptos como el optimismo, la honradez, la perseverancia o el valor de lo propio. Valores que nos confieren el punto idóneo para reflexionar y entender todo lo que nos rodea, con una visión lo suficientemente aproximada como para tener una estancia en esta vida lo más llevadera y jugosa posible.
Un libro que sólo por el formato que tiene ya merece la pena leerlo y disfrutar de estas historias que te transportan a otros lugares lejanos y no tan lejanos. Muchos podemos encontrarlos dentro de nosotros mismos. Unas ilustraciones que ya alabé en la primera entrega y vuelvo a reiterar. No caso esos relatos sin esos dibujos. Gracias al ilustrador Pablo Zerda por tan magnífico trabajo.
Estos cuentos vinieron conmigo a tierras asiáticas, donde se me antoja que algunos relatos tienen su origen. Aquí la vida se vive de otra forma y estos valores que refleja Eloy Moreno están a la orden del día. Sólo tienes que salir a caminar por sus calles y ver las caras felices de las personas, la risa de los niños y respirar el aire de la mañana. Bien podría ser el reflejo vivo de cada uno de estos relatos. Prometo volver a ellos porque sino para qué están ahí. Hay retornos necesarios a algunos libros…
Como siempre, gracias Eloy M.
V.
Más información sobre el autor, Eloy Moreno: https://eloymoreno.com/
*Imagen de la portada del libro de la autora del blog.