Florentino Pérez, El poder del palco de Fonsi Loaiza

Todo el mundo sabe quién es Florentino Pérez y todo el mundo sabe qué quiere decir «el poder del palco». Y si no saben quién es el señor Pérez, seguro que lo han visto alguna vez, pero solo de pasada, en la retransmisión de algún partido de fútbol en el que compitiera el Real Madrid, necesariamente. Es ese personaje que nunca pierde los papeles, ni se pone nervioso y, siempre está con el mismo semblante, sin expresión. La primera impresión de su representación humana, sería la de «ni chicha ni limoná». Pero este elemento, realmente, es algo más…

¿Les ha pasado alguna vez que han tenido unas ganas rabiosas de tener un libro? Pues claro, ¡qué tontería! Yo, en mi caso, al no poder tenerlo físicamente, lo tuve que comprar en formato digital. A ver, que no es el primero que he comprado en este formato, pero de los que me puedo permitir. Pero ¿gastarme más de 8€? ¿estamos locos o qué? En la vida. Es la primera vez que hago semejante barbaridad. Y es que, me apetecía de verdad leer algo relacionado con los entresijos del poder económico made in Spain.

Portada del libro Florentino Pérez, El poder del palco

Hace tiempo que dejé atrás aquellos relatos de Rafael Torres que contaban las atrocidades cometidas por poderosas empresas españolas y que daban título a algunos de sus trabajos como «Los esclavos de Franco» o «Desaparecidos de la Guerra 1936-?». Hay muchos títulos y muchos autores que se dedican mantener viva la memoria y a destapar estas barbaridades, también. Hablamos de historia de España. Solo hay que leerlos para saber. El material está ahí. Yo solo dejé correr la rabia contenida. Y, claro, de aquellos barros, estos lodos…

El poder del palco nos muestra el relato, sobradamente conocido, de un personaje que se mueve por mundos oscuros y bajo cánones de dudosa naturaleza, similares a los de la camorra italiana (exceptuando, claro, la parte de hacer desaparecer al personal, de forma indefinida. Él lo hace, pero de otra forma, más sutil). Un sujeto, como tantos otros, que viene de aquellos tiempos pretéritos a los que, muchos de estos mafiosillos, desearían volver para campar a sus anchas. ¡Ah, pero si ya lo hacen! Y es que nos vendieron tanto, tantísimo lo modélico de la transición española, que terminamos por creérnoslo.

Verdaderamente, la figura de este sujeto, no inspira nada bueno, por mucho que se empeñen en los aledaños del Ibex35. Según la Wikipedia (https://es.wikipedia.org/wiki/Florentino_P%C3%A9rez), el sujeto, en cuestión, nació en 1947 (un año menor que mi madre, que le da 3.000 vueltas como persona), tiene una peculiaridad y es que no le gusta ser fotografiado en la zona superior de su cabeza, donde tiene una calva. No tiene que ir a hacerse injertos de pelo, porque él ordena y los demás achantan la cabeza, eso que se ahorra para su jubilación. Este elemento que, algunos dirían hecho a sí mismo (nótese el sarcasmo), además de empresario, es ingeniero civil, dirigente deportivo y ex-político, de los malos, pero ex-político.

Como el propio autor cuenta en el libro, sus tentáculos llegan tan lejos que hasta un insignificante pie de foto de un periódico, le molesta. Y, por supuesto, llama para que lo cambien. No copa los primeros planos, él prefiere reptar en calentito y en su palco, de forma sibilina, que le da más caché. Este personaje mediocre, políticamente hablando, ha conseguido adueñarse de ese mundo opaco de los bajos fondos, carente de valores éticos y morales, y ausencia total de decencia. Como diría mi madre, «ni la conoce, ni la ha conocido nunca».

A este personaje no le tiembla la mano a la hora de despedir a trabajadores de sus empresas. Como es, por ejemplo, el caso de Clece, que denunciaron falta de material en una residencia de ancianos y fuera. Asimismo, tampoco le ha temblado la mano en decretar ERES después de finalizar el proceso temporal de aquellos ERTES por los que ha recibido sus buenos dineritos en ayudas de papá estado. Ha sido regado con tanto dinero del estado que me da hasta vergüenza escribirlo. Es, simplemente, indecente y asqueroso. Por eso lo de «socializar pérdidas y privatizar beneficios».

Es evidente mi animadversión hacia este sujeto, al que no puedo, ni quiero llamar persona, porque ser persona implicaría tener unos mínimos que él no tiene. No solo hay que ser, sino parecer. Él, ni siquiera, parece. Pero esto no significa que solo sienta rechazo por este sujeto, siento rechazo por todos estos ladrones «legalizados» por sucesivos gobiernos que nos vienen saqueando, atracando, esquilmando y desvalijando, que es aún más triste.

¿Qué le voy a hacer? Si no me gusta que me roben, es una manía que tengo. Como tampoco me gusta todo lo que viene del franquismo, porque huele a rancio y a alcanfor.

Buscando por ahí, encontré el curriculum de Fonsi Loaiza. Es Licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, Máster en Periodismo Deportivo y Máster en Comunicación Social por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, está Doctorado en Medios, Comunicación y Cultura, también, por la Universidad Autónoma de Barcelona. Además de esta publicación, es el autor de «Siempre saltando vallas. Deporte femenino y medios de comunicación». Trabaja de articulista para varios medios de comunicación digitales y es contertulio en TV y radio.

El autor, ahí, tan contento. Como tiene que ser.

Desde que publicó este libro, no hay alma y medio (sí, se me ocurren algunos) que no quiera tenerlo en su programa. Es muy activo en RRSS donde él mismo se define como «picapedrero de la información» y sus hilos en Twitter suelen ser afilados, precisos y, sobradamente, realistas. Como sabréis, Manuel Rico lleva, si llevo bien las cuentas, 905 días compartiendo el mismo hilo de Twitter en el que denuncia las muertes de los ancianos en las residencias de ancianos de Madrid y, desde entonces, muchos compartimos su hilo, como algo de obligado cumplimiento moral. Con Fonsi Loaiza está pasando algo similar. Hilo que comparte, hilo que es retwitteado, citado y compartido.

Cuando andaba en secundaria odiaba sobremanera a Kant, pero no tanto por él mismo, sino por el profesor de filosofía, tan desagradable, que tenía. Nunca llegó a mí, nunca se interesó por intentarlo siquiera, simplemente, era invisible para él. Y, sin embargo, hoy comparto esta cita. Dedicado a aquellos que hemos conseguido ser dignos de ser felices.

«La moral es la ciencia que enseña, no cómo hemos de ser felices, sino cómo hemos de llegar a ser dignos de la felicidad»

Immanuel Kant

Fotos:

Foto del post extraída de: Loaiza, F. [FonsiLoaiza]. (2022, February 17). Hoy se está hablando del espionaje en los contratos de Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. Uno de los grandes favorecidos ha sido el presidente del Real Madrid con todo tipo de adjudicaciones. Lo cuento en “Florentino Pérez, el poder del palco”, que ya está en preventa. pic.twitter.com/9ibvt3iunz. Twitter. https://twitter.com/

Foto del autor extraída de: Fraguas, Á. (26 DE JULIO DE 2022). “Manda más el palco de Florentino Pérez que el Congreso.” Diariodeleon.Es. https://www.diariodeleon.es/articulo/deportes/manda-mas-palco-florentino-perez-que-congreso-diputados/202207262048122243471.html

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