«Cartas al vacío» de Gemma Serradell. Por Victoria Santisteban.

     Efectivamente Gemma, mi intuición no me ha fallado. Aunque he tardado (porque llevaba, y llevo, más ejemplares a la vez, a pesar que normalmente no me gusta hacerlo), aquí te cuento cuáles han sido mis sensaciones.

     Realmente me ha parecido un libro emocional e intimista, muy tuyo. He cogido el testigo de tus cartas al vuelo, así como cae una hoja del árbol y la recoges porque intuyes que guarda un mensaje sólo para ti.

La autora, Gemma Serradell

Algunas de tus palabras me han sabido incluso mías, hasta ese punto has conectado conmigo, con anécdota añadida porque a veces me veía gesticulando con expresión de «claro,  es que es así». He sentido mucha humanidad de ti, cariño y rabia, dolor y pena, miedo, tristeza y fuerza. Y todo eso, en un mundo que va demasiado deprisa, se agradece.

En tu libro haces un viaje en el que haces escala en el optimismo y en el pesimismo, volviendo a la ilusión y al amor, como ave fénix que renace de sus cenizas. En tus propias palabras: […] Vuelves a volar, y a valorar el sol, las sonrisas de los demás, y de repente descubres la tuya, y tus ojos vuelven a brillar[…].

Me siento bien al ser una de las receptoras de tus cartas y de haber empatizado con el personaje de cada una de ellas.

Aunque el abismo mire dentro de nosotros, eso no le da carta blanca a poseernos. Para eso, podemos ayudarnos de palabras como las tuyas que nos enseñan que puede haber un punto y seguido. Por eso mismo, habrá que ser más atrevido y lanzarse a la vida. La peor zona de confort existe si la alimentamos.

Gracias Gemma. V.

* Las imágenes que aparecen en este post han sido cedidas por la autora.

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Publicado por

Victoria Santisteban

Siendo lectora tardía, cuyo interés más intenso llegó en madurez, he de confesar que me falta tiempo material, como a todo hijo de buen vecino, pero ya no tiene nada que ver con el tiempo pasado. En realidad, las cosas como son, lo hago cuando me apetece de verdad, porque de otro modo, no se disfruta. Gracias a todo lo que he vivido, sobre todo, gracias a mi madre, que devoraba todo libro que llegaba a sus manos, y a sus momentos con Corín Tellado, aquí, en mi sitio, hago aquello que me gusta: escribir sobre cosas que leo. Aunque ya, en el albor de la tercera edad o cuarta (yo ya no sé cómo va esto) me he decantado por reflejar mis historias. A bien que lo llevo haciendo desde que era muy pequeña, es el momento. De todas formas, leer es sano, nos hace cuestionar las cosas que suceden a nuestro alrededor, nos hace más felices, mejores personas y con una mayor capacidad de compresión del mundo. Así que leamos. Esquelas, cómics, periódicos, etc., la cosa es hacerlo. Como, también, habrán observado, estas entradas de creación propia tampoco es que tengan un nivel digno de la RAE, pero igual para un ratico, que decía aquel... Nota: Tengan paciencia. Mi ritmo es lento, abarco varios campos y este es uno de ellos. Pero, es el que más me gusta, no lo duden. La curiosidad mueve el mundo, déjense llevar...

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