«El bolígrafo de gel verde» de Eloy Moreno.

El bolígrado de gel verde – E. Moreno.

     El bolígrafo de gel verde es una historia cotidiana, de una familia cotidiana, en un lugar cotidiano, y con circunstancias cotidianas. A priori no es nada original si no fuese porque nuestro protagonista se complica la vida de una forma realmente extraordinaria.

     Juan tiene una familia normal, como todo hijo de buen vecino, está casado y tiene una hija. Pero hay algo que no le encaja cuando se mira al espejo. Se ha convertido en el típico pureta con algunos kilos de más, que ha perdido el atractivo juvenil. Pero su mujer sigue siendo aquella joven guapa de la que se enamoró. De hecho era la chica más guapa por la que no tuvo reparos en competir hasta con su mejor amigo, Toni (algún día hablaremos en otro post de estas cosas de hombres y mujeres…).

     Rebeca y Juan forman una familia tipo, él trabaja, ella trabaja, tienen obligaciones y se empieza a establecer una monótona rutina que empieza a mermar la magia del hogar. El amor de juventud se torna en un contrato de media jornada que acaba cuando suena el despertador por la mañana. Es entonces cuando empieza el siguiente contrato para Juan, el de la oficina.

El bolígrafo de gel verde (portada del libro). Blog de Victoria Santisteban.

     En este escenario, Juan comienza a vivir una extraña historia colmada de conspiraciones y falsas apariencias. Pero sobre todo, saturada de suposiciones. Decía Miguel Ruiz en Los cuatro acuerdos que «siempre es mejor preguntar que hacer una suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento» (1997). Un vulgar bolígrafo se convierte en el testigo de cargo y en la prueba definitiva para confirmar su teoría y centrar toda su atención en el entorno laboral, dejando de lado todo lo demás. Juan se pierde en un trabajo no deseado y el terrible conformismo mezclado con su mente conspiranoica termina por romper los frágiles hilos que le unen a su familia. Juan acaba por perder el norte de su vida.

     Cuando su vida estalla en mil trozos, lo abandona todo para realizar un viaje, una travesía hacia su interior. Un acto de contrición que le lleva a tocar el fondo mismo de su alma. Un libro que nos muestra la vida corriente y ordinaria de una familia, truncada por la rutina y las obligaciones.

     Muchas veces «nos encerramos en los aspectos negativos de la vida diaria y, a lo mejor, lo que estamos esperando se encuentra justo frente a nosotros» (así, más o menos, nos lo recuerda La mente es maravillosa)*. Cuando la suposición se vuelve algo frecuente, se convierte en un hábito peligroso que puede arruinar la vida de cualquiera. En el caso de El bolígrafo de gel verde, nuestro actor principal pasa por una serie de trances hasta llegar a la catarsis. Y es esa catarsis la que le muestra el camino para volver de nuevo.

     En ocasiones puntuales y, como dijo una amiga recientemente, es bueno perder el norte porque se descubren nuevas direcciones. Pero si es el caso, en el camino nos vemos, Isa. En fin, cada uno es un mundo dentro de sí mismo. Y, para colmo, encima la maquinaria funciona a su ritmo, porque no podría ser de otra manera. Pero si existe una máxima es que después de la tormenta siempre, siempre, llega la calma y que no hay mal que cien años dure.

     Eloy Moreno nos regala una historia de la vida y de las relaciones. A pesar de todo la vida es hermosa, sólo tenemos que focalizar un poco y dar el primer paso…

Gracias Eloy M.

V.

  • Foto del libro de la autora del blog.
  • Web de Eloy Moreno: https://eloymoreno.com/.
  • Extracto de Los 4 acuerdos del Dr. Miguel Ruiz. 1997.
  • Extracto sacado de lamenteesmaravillosa.com.

 

 

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Publicado por

Victoria Santisteban

Siendo lectora tardía, cuyo interés más intenso llegó en madurez, he de confesar que me falta tiempo material, como a todo hijo de buen vecino, pero ya no tiene nada que ver con el tiempo pasado. En realidad, las cosas como son, lo hago cuando me apetece de verdad, porque de otro modo, no se disfruta. Gracias a todo lo que he vivido, sobre todo, gracias a mi madre, que devoraba todo libro que llegaba a sus manos, y a sus momentos con Corín Tellado, aquí, en mi sitio, hago aquello que me gusta: escribir sobre cosas que leo. Aunque ya, en el albor de la tercera edad o cuarta (yo ya no sé cómo va esto) me he decantado por reflejar mis historias. A bien que lo llevo haciendo desde que era muy pequeña, es el momento. De todas formas, leer es sano, nos hace cuestionar las cosas que suceden a nuestro alrededor, nos hace más felices, mejores personas y con una mayor capacidad de compresión del mundo. Así que leamos. Esquelas, cómics, periódicos, etc., la cosa es hacerlo. Como, también, habrán observado, estas entradas de creación propia tampoco es que tengan un nivel digno de la RAE, pero igual para un ratico, que decía aquel... Nota: Tengan paciencia. Mi ritmo es lento, abarco varios campos y este es uno de ellos. Pero, es el que más me gusta, no lo duden. La curiosidad mueve el mundo, déjense llevar...

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