«El bolígrafo de gel verde» de Eloy Moreno.

El bolígrado de gel verde – E. Moreno.

     El bolígrafo de gel verde es una historia cotidiana, de una familia cotidiana, en un lugar cotidiano, y con circunstancias cotidianas. A priori no es nada original si no fuese porque nuestro protagonista se complica la vida de una forma realmente extraordinaria.

     Juan tiene una familia normal, como todo hijo de buen vecino, está casado y tiene una hija. Pero hay algo que no le encaja cuando se mira al espejo. Se ha convertido en el típico pureta con algunos kilos de más, que ha perdido el atractivo juvenil. Pero su mujer sigue siendo aquella joven guapa de la que se enamoró. De hecho era la chica más guapa por la que no tuvo reparos en competir hasta con su mejor amigo, Toni (algún día hablaremos en otro post de estas cosas de hombres y mujeres…).

     Rebeca y Juan forman una familia tipo, él trabaja, ella trabaja, tienen obligaciones y se empieza a establecer una monótona rutina que empieza a mermar la magia del hogar. El amor de juventud se torna en un contrato de media jornada que acaba cuando suena el despertador por la mañana. Es entonces cuando empieza el siguiente contrato para Juan, el de la oficina.

El bolígrafo de gel verde (portada del libro). Blog de Victoria Santisteban.

     En este escenario, Juan comienza a vivir una extraña historia colmada de conspiraciones y falsas apariencias. Pero sobre todo, saturada de suposiciones. Decía Miguel Ruiz en Los cuatro acuerdos que «siempre es mejor preguntar que hacer una suposición, porque las suposiciones crean sufrimiento» (1997). Un vulgar bolígrafo se convierte en el testigo de cargo y en la prueba definitiva para confirmar su teoría y centrar toda su atención en el entorno laboral, dejando de lado todo lo demás. Juan se pierde en un trabajo no deseado y el terrible conformismo mezclado con su mente conspiranoica termina por romper los frágiles hilos que le unen a su familia. Juan acaba por perder el norte de su vida.

     Cuando su vida estalla en mil trozos, lo abandona todo para realizar un viaje, una travesía hacia su interior. Un acto de contrición que le lleva a tocar el fondo mismo de su alma. Un libro que nos muestra la vida corriente y ordinaria de una familia, truncada por la rutina y las obligaciones.

     Muchas veces «nos encerramos en los aspectos negativos de la vida diaria y, a lo mejor, lo que estamos esperando se encuentra justo frente a nosotros» (así, más o menos, nos lo recuerda La mente es maravillosa)*. Cuando la suposición se vuelve algo frecuente, se convierte en un hábito peligroso que puede arruinar la vida de cualquiera. En el caso de El bolígrafo de gel verde, nuestro actor principal pasa por una serie de trances hasta llegar a la catarsis. Y es esa catarsis la que le muestra el camino para volver de nuevo.

     En ocasiones puntuales y, como dijo una amiga recientemente, es bueno perder el norte porque se descubren nuevas direcciones. Pero si es el caso, en el camino nos vemos, Isa. En fin, cada uno es un mundo dentro de sí mismo. Y, para colmo, encima la maquinaria funciona a su ritmo, porque no podría ser de otra manera. Pero si existe una máxima es que después de la tormenta siempre, siempre, llega la calma y que no hay mal que cien años dure.

     Eloy Moreno nos regala una historia de la vida y de las relaciones. A pesar de todo la vida es hermosa, sólo tenemos que focalizar un poco y dar el primer paso…

Gracias Eloy M.

V.

  • Foto del libro de la autora del blog.
  • Web de Eloy Moreno: https://eloymoreno.com/.
  • Extracto de Los 4 acuerdos del Dr. Miguel Ruiz. 1997.
  • Extracto sacado de lamenteesmaravillosa.com.

 

 

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Game over de V. Santisteban.

     Microcuentos – Game over

        Celeste se encontraba en la encrucijada de su vida. No sabía jugar a videojuegos, pero tenía que salvar la vida de su hermano. El juego le había ganado y ahora ella debía seguir, el juego no podía detenerse. Él estaba dentro, atrapado por el monstruo. Sus ojos enrojecidos de jugar varios días. Tenía sueño, mucho sueño, pero no podía parar. Y despertó… en otro sitio, oscuro… Y vio a su hermano…

*Imagen extraída de vectorstock.com.

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Qué es Nfasys o El Blog de Victoria Santisteban

Buenos días a todos/as. Este post es para contaros un poco qué es Nfasys o El Blog de Victoria Santisteban.

Como sabéis, algunos/as, antes Nfasys era una librería (bueno era más que eso, librería, academia de clases particulares, Informática-venta y reparación y, últimamente, hasta perfumería y herbolario). Mi marido Francisco García López fue quien en 2004 creó su empresa haciéndose autónomo, dejando su trabajo, para centrarse en lo que le gustaba, la informática. En 2005, llegué yo a su vida. Coincidió con los JJMM, Juegos del Mediterráneo que se celebraban en Almería. Fue un año fantástico y mágico.

Cuando la economía empezó a apretar y la crisis tocó a nuestra puerta, tuvimos que reinventarnos. Entonces mi marido empezó a hacer artesanía energética (se les conoce como orgonites) y yo artesanía en fieltro. Así, que con eso, mi artículos de librería, herbolario, inciensos y tattoos temporales (eran la sensación en verano, todos querían hacerse uno y se formaban colas para ese fin), empezamos a echarnos a la calle participando en mercados artesanos. Mucha buena gente hemos conocido ahí, como mi Maria Fernandez Hernandez (yo le llamo mama y, sin acento). Es una de las personas más grandes que he conocido en esta vida. Ella y Tomás, su marido (yo le llamo el papa y, sin acento. Los quiero como si fuesen mis padres, o más). También me reencontré con Concha Durante, una gran fotógrafa y una superviviente con mayúsculas (que ya conocía de boutique libre, todo un referente de la moda en Almería). Entonces otra persona, súper importante, llegó a mi vida, Silvina. Ya la conocía por otros menesteres y vivía por la zona por la que solíamos poner el mercado de artesanía. Ella ha condicionado, para bien, mucho en mi vida (sabes que te quiero). Hemos hecho muy buenos amigos, como Noemí Domene, un amor de persona (¡tenías que haber sido mi profe de inglés!) y nos hemos desengañado con muchos otros. Los mercados a veces eran buenos y, otras veces, un horror. Hemos pasado frío, calor. Nos hemos reído, llorado, enfadado. Hemos sufrido, pero por encima de todo, hemos crecido, hemos avanzado, nos hemos reinventado como personas.

Tampoco quiero olvidarme de mi otra gente, pero si supierais cómo tengo la cabeza… Las chicas del comando: Anamaria Alonso Fuentes, Isabel Maria Medina, Paqui de entrefieltros. Por otro lado Juan (Jota Moly), Sara y su baby Luca. Gracias, of course!

La vida en los mercados y la artesanía energética nos conectó con Belen Cosin Corral y Javier Alcalde Peralta. Uff, me emociono sólo con recordar cómo nos conocimos.

Así y con todo, el destino quiso que la vida nos diera un giro de 180º. Mi marido es entrenador Nacional de fútbol y esto nos ha llevado allende fronteras, a unos cuantos kilómetros. Yo con él, por supuesto. Quien me conoce, sabe que me apunto a un bombardeo. Después de pasar dos años fabulosos, nos encontramos en el tercer año de experiencia asiática. Todo esto, compaginándolo con estudios de idiomas. Pero la vida no se detiene ante nada y alguien con el que llevaba luchando toda mi vida, cuando, por fin, le perdoné, cuando por fin, empezó a ser él, mi padre, vino ésta desalmada hija de mala madre y me lo arrebató. Eso me ha dejado fuera de juego durante un tiempo. Aún se notan las secuelas, pero es la vida…

Pasado un tiempo estuve formándome para sacar adelante la empresa de la mano de Javier Rivero-Diaz y Wilma Conde entre otros (vosotros me caéis mejor…?). En esos cursos y talleres conocí a Fina L. Arias (un ejemplo de emprendedora a seguir y excelente persona y más amiga), Samantha Grange (Una tía genial muy muy activa), Fran Fernández Saldaña (Una pedazo de profesional con los pies bien puestos en el suelo),  e Inma. Y a mi campeón, Fernando Castilla, que nunca dejé de confiar y creer en él. Fue desde que le vi. Son esas sensaciones que te da la gente cuando la miras…Buenos recuerdos (aún guardo los apuntes y fotos).

Nfasys como tal, desapareció, y el blog de Victoria Santisteban le sustituyó, pero no del todo. Su nombre sigue como carro que tira de mí, para no olvidar nunca de dónde vengo. El blog iba a ser tarea de mi madre (la de verdad), porque ella siempre ha sido una lectora insaciable. Tengo grabada a fuego su imagen leyendo novelas de Corin Tellado. Y, después, todo lo que caía en sus manos. Yo no le llego ni a las suelas de sus zapatos en lectura. Pero sí que he terminado por imbuirme en este mundo de la mano de mi Blog. Bueno, el experimento con mi madre no salió bien y al final, yo tuve que tomar las riendas del blog.

 

Es un blog humilde, sin pretensiones, nada más que las que me impongo yo. No me leo 300 libros al año, para nada. Ni siquiera uno a la semana, pero soy yo la que se marca el ritmo, junto con el resto de cosas. Además, tampoco me reporta beneficio económico, pero sí me llena como persona. Me he centrado un poco más en los últimos tiempos en él y llevo dándome cuenta hace tiempo que las RRSS son impersonales, egoístas y hasta vulgares y soeces. Que mucha gente prioriza tanto lo suyo, que duele. Pero, por desgracia, hay que estar aquí y, como el que intenta abrirse paso entre una maraña de gente, luchar por seguir dándose a conocer.

Y en eso estamos…

Saludos. V.

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Sinaloa está muy cerca de Alfonso González-Camino

     Sinaloa está muy cerca es una novela de corte thriller. Para adetrarse en él uno tiene que estar preparado y exento de prejuicios. Una mente abierta que nos permita sumergirnos en unas páginas donde nada es lo que aparenta ser.

     Esta novela llegó a mí sin pretensiones y sin haber leído nada parecido (lo de Grey parecería una bobada a su lado. Pero no lo sé, no lo he leído). Así que después de hacerme una idea de su contenido, dejé la mente en blanco. Y es que, nuestra psique, en su intimidad, se desinhibe y se pierde en historias de índole sexual y trasfondo psicológico que al pensarlo en frío podríamos pensar que nos hemos descarriado en una pesadilla de tintes gore. Porque, ¿quién no ha tenido alguna vez un pensamiento «distinto»? Señor, líbrame de convencionalismos sociales.

     Pero en el fondo, Sinaloa está muy cerca, es una historia de credulidad, que ahora está tan en boga. Porque, ¿por qué tendemos a creernos todo sin contrastarlo? O, al menos, ¿con un mínimo de desconfianza? A veces, nos dejamos llevar, bien por comodidad, bien por conformismo, o bien por la carencia de algo. Y es que la mente, en ocasiones, sólo ve lo que quiere creer, cegándose con situaciones increíbles y soñadas, arrastrándonos a tesituras en las que uno no se debería encontrar nunca.

     La obra que nos ocupa nos cuenta la historia de tres personas que pasan una noche en un lugar «el cuarto oscuro», donde uno se abandona a las pasiones más básicas y se deja arrastrar por los sentidos más primitivos. Un lugar donde nadie se conoce, y cuerpos desnudos se rinden al placer sin tapujos. Hombres y mujeres con otros hombres y mujeres, parejas, tríos, grupos, todo está permitido. Las circunstancias quieren que nuestros tres actores conozcan a otras personas que las invitan a este cuarto oscuro. Es algo nuevo, distinto y la necesidad de experimentar es mayor que cualquier otra cosa. Estos anfitriones serán elementos decisivos en esta historia de falsas apariencias.

     Una mujer casada y de familia que descubre que tiene un vacío que desea llenar. Las casualidades de la vida la sumergen en un mundo de lujos en que nunca se hubiera imaginado que estaría alguna vez. Un chico joven y atlético es seducido por una mujer inalcanzable. Y nuestro tercer protagonista, un joven ya maduro con un futuro laboral presuntamente prometedor, junto a una joven y brillante modelo, cae en los tentáculos de una atractiva mujer que se mueve dentro del mundo del arte. Todos acaban, vamos a llamarlo, hasta las trancas de sus captores sentimentales. Así que el cebo está echado…

     Estos tres elementos, Boris, Luna y Marta les regalan un mundo de colores, fastuoso y de excesos que está a unos niveles muy por encima de ellos. Nada es lo que se supone y la belleza termina por cegarles. Lo que era una vida normal se convierte en algo extraño y pervertido. Lejos de resolverse todo y volver al estado original, la maraña se confunde hasta límites para lo que no estaban preparados.

     La locura y depravación campan entre las páginas de esta novela de tintes macabros. Una trama convincente y un final inesperado, para el que puede que no estemos preparados. O sí…

     Pero de entre las líneas de este thriller sobresale la genialidad de un suspense enriquecido con unos personajes escogidos y situaciones elaboradas. Creo que su autor consigue exactamente lo que quiere. Creo, también, que el lector puede imbuirse tanto que lo viva en su piel. Cuidado, cuidado con lo que se desea porque puede hacerse realidad. Y puede que esa realidad no sea lo que se buscaba.

Gracias Alfonso, V.

  • Imágenes del post cedidas por el autor.

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Una poesía a la pasión del verano.

Amor platónico

 

Blanco de las iras

salí buscando oscuridad.

No era de día,

tampoco de noche.

 

En un lugar apartado,

intuyendo la soledad,

me quedé vencida.

 

Fue una sombra

la lujuria desatada

en la silueta de un joven

lo que me despertó.

 

Me dejé llevar absorta

en pensamientos libidinosos.

Y el agua nos arrastró

llevados por el calor.

 

Él era hermoso

yo joven y apasionada.

Ardimos en combustión

como si llegara el fin de la pasión.

 

No existía nada alrededor.

No vivía la vida.

No moría lo muerto.

Y, sin embargo, fue el ímpetu

lo que avivó el ardor.

 

Aquel verano sentí morir

porque todo fue un sueño

que no debió ocurrir.

 

Todo quedó en el frenesí

de una mente calenturienta

que trató de conseguir

el amor platónico y altruista

de alguien que nunca me vio venir.

 

Antonio se llamaba él

un chico malo que en un arrebato

destruyó todo atisbo de amor.

Y una falla nos separó

un verano, que nunca sucedió.

 

 

 

 

 

 

 

  • Imagen extraída de https://historia-arte.com.

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Una poesía al solsticio y los amores de verano.

Solsticio

 

Ha desaparecido un trozo de mí y

he caído en la cuenta

que tengo que aprender a vivir.

Pero el duelo me ha dejado un agujero.

Un agujero, redondo todo él.

Para llenarlo tengo que poner esmero,

y no sé muy bien con qué.

 

El solsticio me ha devuelto las horas perdidas.

Donde habitaba el baldío desierto,

ahora campos fértiles de fuego

orientan las horadadas heridas.

 

Pero, ¿alguien me puede explicar?

Solsticio de verano – poema

Mis tórridos sentidos te devuelven a mí de repente.

Te desenfocas en la espuma del mar,

tu imagen a contraluz se torna iridiscente.

Como la arena, te deslizas entre mis dedos,

ha sido el espejismo en la orilla

el que va soslayando mi pensar.

 

Quiero retenerte y sentir tus acordes,

me agarro a notas en el aire

pero no puedo escuchar la armonía de tus ojos

y la música de las caracolas.

 

¡Ay!, ¿alguien puede escuchar?

 

El pasado me atrapó en tus risas

el estío me retiene en la locura.

En nuestro delirio hermoso me perdí

con él lleno mi agujero de amargura.

 

Cada veintiuno retorno a gritar

¿Por qué te lo quedaste mar?

Lavanda y una rosa blanca.

 

Aquel solsticio dejó un agujero

dentro de mí, redondo todo él.

 

  • Imagen extraída de www.1freewallpapers.com.

 

 

 

 

 

 

 

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Ekhi: Siguiendo tu estrella, de Maite García e Igor Del Barrio.

     Antes de empezar a hablar sobre este libro quiero contar una anécdota que me sucedió el pasado 14 de julio allende los mares, al otro lado del mundo. Había sido mi cumpleaños el pasado mes de junio y mi marido, su compañero y un amigo de aquí fuimos a tomar unos pinchos. El chico, que vive aquí en Taiyuan, recordaba que fue mi cumpleaños porque mi marido se lo dijo. Pues este chaval, tan majo y buena gente, vino con un regalo para mi. Cuando lo vi, me recorrió un escalofrío porque lo primero que me vino a la mente fue el último libro que había leído. Según lo escribo ahora, siento lo mismo. El regalo era un colgante de jade con forma de hoja en tonos ocres y marrones claros, como los de una hoja seca, pero llena de vida. 

     Hace tiempo que dejé de creer en las señales, porque hace tiempo que me siento triste y una extraña soledad revolotea sobre mi cabeza, a veces buscada y a veces no. También es cierto que me encuentro en una etapa de mi vida en la que no me apetece socializar tanto como antes y no aguanto como antes a ciertas personas e individuos. Tampoco tengo por qué. La cuestión es que todo esto se detiene cuando estoy con ellos, con Javier y Belén. Ellos me transmiten la paz, el respeto y la libertad que necesito. Y desde ellos me llegó este libro, que yo ya tenía pensamientos de adquirir. Pero un buen día 1 de julio nos fue regalado en una ceremonia tan bonita que me emociono sólo de recordarla. Así pues, este libro se vino conmigo a tierras asiáticas. Pero no iba a ser ese el caso, porque después de leer las dos primeras páginas, me dije a mí misma «no puedo leer esto, no puedo». No paraba de llorar y no podía ni leer y sentí tanto dolor que lo dejé sobre la mesita de noche sin abrirlo. El fallecimiento de mi padre aún estaba muy cercano y me removía las entrañas. Y en el último momento lo coloqué en la bolsa del portátil. Cuando llegué a Moscú y, con tanto tiempo libre, lo abrí y casi lo terminé, pero la gente me miraba porque no dejaba de llorar y no soporto que la gente se me quede mirando. Es una sensación que no puedo controlar desde que era niña. Así que me refresqué y me fui a tomar un café que me rescatara de la ensoñación. En Pekín, tuve una aventura digna de una película de los Monty Python (Belén y Javier lo saben) y todo se solucionó como quien deslía una madeja de lana, con paciencia y tesón.

     Leer Ekhi, siguiendo tu estrella, ha sido como caminar de la mano de Maite e Igor, mientras me narraban este diario con una sonrisa en la cara. Es un libro tremendamente emocional y llorar me parecía una injusticia y sentía que no debía hacerlo, pero he sido incapaz de reprimir las lágrimas. Ni siquiera se trataba de la misma situación y el sólo hecho de hacer una comparación me produce una enorme culpabilidad, pero me imbuí en sus palabras de una manera que lo sentí en lo más hondo de mi ser. He llorado, he gritado y he tenido pataletas de niña herida. Todo eso me ha producido leer este libro. Y en un momento de paz, me quedé con esa carita de felicidad. Dios, pensé, «Yo quiero estar así ahora». Y entonces, me quedé rendida en el asiento del avión camino a Taiyuan. Cuando llegué aquí, le dije a mi madre que tenía que leerlo, que le ayudaría muchísimo. Hazme caso mamá…

Ekhi

     Compartir el tiempo y el espacio perdida entre las líneas de Ekhi ha significado un balón de oxígeno que me ha insuflado paz, serenidad y amor. Porque Ekhi es amor en estado puro, cada palabra, cada párrafo. Todo destila amor. No hay más que verles a ellos, sus padres, Maite e Iñaki, son la belleza. Y por eso, entiendo que esto haya desembocado en un proyecto solidario (más información en www.ekhiproject.org).

Autores de Ekhi: siguiendo tu estrella.

  Esta es la historia de la vida y como tal está llena de enseñanzas. Una historia de superación increíble, del día a día después de una terrible tormenta. Antes yo solía decir eso de «Nada sucede por casualidad, sino por causalidad». Ahora ya no lo digo tanto, pero como todo siempre existen excepciones y este libro es una de ellas.

Gracias Maite, gracias Igor, V.

Gracias Iñaki por conectarnos a todos.

Y, gracias a Javier y Belén por traer esta historia a mi vida.

* Dibujos de Juanjo Barón que ha colaborado desinteresadamente. Fotos cedidas por Igor Del Barrio.

*Si queréis más información acerca del proyecto solidario podéis entrar en www.ekhiproject.org.

*Iñaki Plaza no aparece en el post en imágenes. Pero si queréis información sobre él y su carrera musical podéis entrar en el enlace arriba indicado y en www.inakiplaza.com.

 

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Cuentos para entender el mundo 2 de Eloy Moreno.

     No sé si lo comenté en la primera entrega, pero esta serie de Cuentos para entender el mundo tienen unas instrucciones de uso algo particulares. Como por ejemplo que hay que leer un cuento al día y justo antes de irse a la cama. De este modo tendremos toda la noche para pensar sólo en ese cuento y así, al día siguiente, podremos comprenderlo, asumirlo, meditarlo, etc. Bueno, pues yo no lo he hecho. Lo leí  de tirón (resulta imposible no hacerlo). También dice que hay que leérselo a otras personas. Bueno, pues tampoco lo he hecho, pero reconozco que este punto sí que es interesante hacerlo. En mi caso, he realizado un selfie de lectura, si pudiéramos llamarlo así.  Por otro lado, aconseja vivirlo, sentirlo, imaginarlo y transmitirlo. Y en eso estoy…

Blog de Victoria Santisteban

     Cuentos para entender el mundo son una suerte de relatos con unas hermosas enseñanzas destinadas a todos los públicos entre 6 y 106 años. Unas finas y sencillas moralejas que nos desgranan el sentido de la vida. Halcones que no vuelan, jardineros a los que no les crecen las plantas, zapateros con visiones empresariales distintas, unas tazas demasiado valiosas, demasiado poder concentrado en una persona y si todo lo malo que ocurre pudiera tener una parte positiva. Son algunas de las historias que nos dejan conceptos como el optimismo, la honradez, la perseverancia o el valor de lo propio. Valores que nos confieren el punto idóneo para reflexionar y entender todo lo que nos rodea, con una visión lo suficientemente aproximada como para tener una estancia en esta vida lo más llevadera y jugosa posible.

    Un libro que sólo por el formato que tiene ya merece la pena leerlo y disfrutar de estas historias que te transportan a otros lugares lejanos y no tan lejanos. Muchos podemos encontrarlos dentro de nosotros mismos. Unas ilustraciones que ya alabé en la primera entrega y vuelvo a reiterar. No caso esos relatos sin esos dibujos. Gracias al ilustrador Pablo Zerda por tan magnífico trabajo.

     Estos cuentos vinieron conmigo a tierras asiáticas, donde se me antoja que algunos relatos tienen su origen. Aquí la vida se vive de otra forma y estos valores que refleja Eloy Moreno están a la orden del día. Sólo tienes que salir a caminar por sus calles y ver las caras felices de las personas, la risa de los niños y respirar el aire de la mañana. Bien podría ser el reflejo vivo de cada uno de estos relatos. Prometo volver a ellos porque sino para qué están ahí. Hay retornos necesarios a algunos libros…

Como siempre, gracias Eloy M.

V.

Más información sobre el autor, Eloy Moreno:  https://eloymoreno.com/

*Imagen de la portada del libro de la autora del blog.

 

 

 

 

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«La mujer del viajero en el tiempo», Audrey Niffenegger.

     Clare es la esposa de Henry. Un matrimonio que es de todo menos normal. Henry padece una extraña patología que le hace viajar en el tiempo y no lo puede controlar. Así que cuando se desvanece aparece en cualquier parte, sin ropa. El origen de este problema surge en la infancia de Henry, como consecuencia, o mecanismo de defensa, de un accidente en el que pierde a su madre. Henry salta de un tiempo a otro sin poder controlar los botones que regulan tiempo y espacio.
La mujer del viajero en el tiempo-portada. Blog de Victoria Santisteban.

    Clare ya conoce a Henry cuando se reencuentran en la biblioteca, sólo que él aún no lo sabe. Lo averiguará en el futuro de él, pero en el pasado de ella. Le quiere desde que es una niña y desde entonces se está preparando para pasar el resto de su vida con él. Él la conoce desde que es un señor maduro. Sabe todo de ella, la ve crecer y madurar. Entabla una interesante amistad en su adolescencia, y conoce a toda su familia, a través de sus ojos. Conoce sus miedos, inseguridades y alegrías. Clare, conoce todo de Henry, su historia, su madre, su enfermedad y sus miedos e inseguridades. No hay dos almas más acordes, ni sentimientos más armónicos.

     Henry ha tenido que aprender a sobrevivir, para lo que el robo y el escapismo se han convertido en actos cotidianos. Clare vive esperando a ser lo suficientemente adulta para estar con él. La gente a su alrededor no entiende que no tenga novio. Ella se reserva sólo para él.

    Henry y Clare tienen conversaciones profundas de literatura, filosofía, de arte y de la vida. Son dos almas gemelas que se encontraron en un tiempo indeterminado, y que se unieron de la forma más hermosa que se puede unir una pareja. Pero como en todas las parejas, no todo es lineal y las ausencias de Henry se terminan por hacer insoportables. La maternidad está en la agenda biológica de Clare y cuando las dudas de paternidad de Henry se disipan, se preparan para ser padres. Lo intentan hasta una decena de veces, hasta que deciden poner su caso en manos de un investigador. La incredulidad del científico se torna en devoción cuando presencia desde su ventana uno de los desvanecimientos de Henry.

     Henry no vivirá para siempre y prepara a su entorno para la partida. Pero no será una partida definitiva, porque nada en la vida de Henry lo es. El pasado del futuro presente será más que interesante, Clare y Alba, su hija. Una chiquilla que posee el don de su padre, pero que puede controlar.

     La mujer del viajero en el tiempo es una suerte de sucesión de circunstancias tan increíbles a priori, que diríamos que es algo muy de ciencia-ficción. Pero, para mí es algo totalmente distinto, es la historia de una familia que vive hechos atípicos en un entorno cotidiano. Todo lo cotidiano se convierte en algo especial, como tomar café, que cobra una preciosa relevancia, aderezada de ritual. Nada se le escapa a Audrey Niffenegger, lo ordinario se transforma en una ópera de sensaciones para los sentidos.  He disfrutado de la belleza de las imágenes y los sonidos de las eternas conversaciones entre Clare y Henry. He sido una espectadora privilegiada y he sentido una ternura absoluta. Sé de alguien al que le diría eso de «¿por qué no me dices esas cosas?». Y él me respondería «Cariño, tú sabes que las letras no son mi fuerte, soy de ciencias…». Y yo me perdería en su mirada tiernamente frustrada.

     El amor es eterno cuando brota de lo más profundo, desde la sinceridad y Clare ama a Henry de ese modo y Henry ama a Clare de la misma forma. Así que volvemos tener la valiosa enseñanza que da el amor, este sentimiento tan sencillo de tener y que a veces nos resistimos tanto a sentir. Como siempre digo, no sé si en voz alta, al menos en pensamiento, al final de nuestra trayectoria vital, lo único que nos queda y a aquello a lo que nos aferraríamos aunque fuese un metal ardiendo, es eso, el amor. Si en el camino recorrido de nuestra vida hemos conseguido sentirlo, habrá valido la pena vivir.

     Dedicado a mi padre, que no supo sembrar mucho amor, y sin embargo dejó campos enteros. Te fuiste perdonado, porque no podía ser de otra manera. Te marchaste tranquilo y yo desde aquí, con mis palabras te despido como lo hice con mi voz en tus oídos porque mis ojos no pudieron verte ni mis manos tocarte. Adiós papá, al final comprendiste que ser padre era tu cometido. Te quiero.

  • Foto del ejemplar de la autora de este blog. (Después de haber contactado con la autora y no haber obtenido respuesta para solicitar su permiso para poner fotos del libro y de ella).

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«1984», George Orwell.

     Para conocer mejor la obra y su autor pensé que buscar información en la red podía ser una buena forma de conectar con este universo. Pude comprobar como la gente se deshacía en elogios hacia G. Orwell. De hecho Arthur Koestler (novelista, ensayista, historiador, periodista, filósofo que acabaría suicidándose) dijo que era la mejor obra fantástica que alcanzó el horror psicológico desde «El Proceso» de Kafka. Y yo, infame pecadora ignorante, decidí quedarme en esa zona gris, donde nos quedamos los observantes. Pero me van a permitir que cuando menos, me cuestione a una persona, que no su obra (quiero dejarlo muy claro) que delata a 38 simpatizantes comunistas por conseguir el amor de una doncella. Hecho que dice mucho o muy poco de una persona (objetivo que, por lo visto, no consiguió finalmente). Así que aquella noche decidí sumergirme en un mundo en el que no desearía encontrarme nunca…

Portada de 1984

«La libertad consiste en poder decir que 2 y 2 son 4» (Winston Smith).

     Winston Smith trabaja en el departamento de archivos del ministerio de la verdad. Su trabajo consiste en corregir los mensajes que le llegan por los tubos neumáticos. Unos mensajes que se modifican cuando los hechos del pasado entran en conflicto con los hechos del presente. Es la forma de borrar la historia reescribiéndola al antojo de los mandatos superiores. Winston forma parte de una sociedad en la que el individuo no existe, no existe la intimidad, y todos visten de la misma forma anodina. Las relaciones personales, tal y como las conocemos hoy  no existen, salvo por la procreación a la que se le ha eliminado el carácter  psicoafectivo. Winston es un minúsculo engranaje manejado por el Partido. La pobreza se ha generalizado y sólo unos pocos como O’Brien, funcionario del Partido Interior, disfrutan de ciertos lujos. Como toda dictadura, existe un mal endémico para el partido llamado Goldstein y el odio es la estructura principal sobre la que se sostiene la doctrina que recae en los habitantes de Oceanía. Todo gira en torno al odio y el miedo, la semana del odio, los dos minutos de odio, con proyecciones de imágenes y bombardeo de sonido que lo recuerdan constantemente. Todo el mundo puede denunciar a todo el mundo por traición al partido, hijos a padres, a hermanos, nadie está exento a ser denunciado. Y casi todo el mundo está controlado por telepantallas que lo ven absolutamente todo de sus vidas cotidianas.

     Entonces Winston empieza a ver y sentir que algo no está bien a su alrededor. Observa las desapariciones de personas con otra mirada, personas discordantes que desaparecen de la faz de la tierra y de la historia. Y comienza a realizar la peligrosa tarea de escribir un diario en el que vuelca todos sus pensamientos,  exponiéndose de una forma altamente arriesgada. Su vida se vuelve aún más intensa cuando Julia entra en ella y recupera la ilusión por lo que él recuerda más cercano al amor. Se mezcla con los proles, una suerte de sociedad paralela que no hace ruido, no molestan, no se rebelan y funcionan como la sociedad del pasado.

     O’Brien, un desalmado funcionario, consigue seducirle guiándole hacia su tela de araña, pasando de la protección a la destrucción más salvaje y Winston deja de ser «uno mismo» para llorar ante la foto del Gran Hermano. Y, después, a desaparecer…

     Una novela ficticia basada en una sociedad distópica, o indeseable en sí misma. Una aberración que a bote pronto nos aterraría hasta límites insospechados, de no ser porque en la actualidad tenemos ejemplos clarísimos y muy, muy cercanos. De todas las cosas que me quitan el sueño, la más brutal y sobrecogedora es la privación de libertad, porque es lo que me da el valor de individuo con derechos inalienables. Yo soy yo porque puedo decir que estoy aquí y puedo identificar mi propia historia. Yo soy yo porque puedo decidir respecto a mi vida, mi presente y mi futuro, no el de los demás. Por desgracia, vivimos inmersos en un sistema en el que grandes grupos de presión, más conocidos como lobbys, deciden por nosotros y, aunque a priori todos podríamos serlo (hasta un grupo de ciudadanos) visto está que quien opera a niveles omnipotentes suelen ser los que se llevan el gato al agua (también existen excepciones). Y ellos, sus lobbistas,  frecuentan, revoloteando incesantemente como moscas en los excrementos,  los círculos de poder. Sólo tenemos que poner la televisión para comprobarlo.

     En esta vida no hay casi nada imprescindible, pero esta lectura lo es. Nos ayuda a desarrollar el pensamiento crítico. A ver si con un poquito de suerte se nos van abriendo los ojos y vamos viendo lo que está sucediendo a nuestro alrededor, porque éstas no suceden de la noche a la mañana. Todo lleva un proceso. Silencioso y discreto, a veces, ruidoso y estridente, otras tantas ocasiones. Y, aún así, muchos no lo ven venir…

V.

  • Foto tomada del libro de la autora del blog.

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