Anna Karenina, León Tolstói

Una historia de inmolación y abnegación. Una mujer que, simplemente, ama con todo su ser.

Cuando el sacrificio se convierte en el sentido de una vida. Un amor apasionado, casi enfermizo, que nubla el sentido de una realidad impostada, desde la perspectiva de una sociedad tradicionalista- que ahoga la atmósfera vital.

Anna…

Portada de la novela

Hablar de Anna Karenina significa, necesariamente para muy bien, hablar de que esta obra sería imposible no tener en cuenta como fondo de escritorio. Un perfecto aval sobre el que documentarse cuando hablamos de contextos históricos determinados o de relaciones sociales. Pero es la parada perfecta sobre la que volver, una y otra vez, cuando necesitamos saber de cierta humanidad «imperfecta» y femenina, algo muy denostado a lo largo de los tiempos. Anna Karenina nos muestra la historia de un sacrificio, en toda la amplitud de la palabra. No es baladí que, mientras me documentaba un poco para no caer en la tentación de omitir datos fehacientes, me topé con la siguiente definición de la novela que me ocupa, «(…) una novela sobre el adulterio (…)».

Primera edición de la novela

Este encasillamiento me resulta personalmente doloroso y terriblemente injusto porque me retrotrae a tiempos sombríos, pero luego me flagelo con una buena dosis de autocrítica. Y es que como ya he mencionado en alguna ocasión, es aconsejable relativizar los contextos históricos porque los prejuicios pueden desenfocar la temática original.

León Tolstói parió esta novela en la segunda mitad del siglo XIX que se publicó por entregas, inicialmente, y más tarde ya en dos volúmenes. Es importante reseñar el contexto histórico porque Rusia estaba experimentando cambios que apuntaban a una sociedad más liberal – o, al menos, eso pretendían. Ya se sabe que moldear una sociedad conservadora hacia otra aperturista es un camino harto laborioso.

El argumento es de sobra conocido: Anna está casada con un hombre -20 años mayor que ella- en un matrimonio que se construye desde la mentira que aporta la conveniencia. Anna se enamora perdidamente de un joven oficial militar, Vronsky, por el que lo abandona todo, rompiendo los cánones establecidos de la férrea sociedad burguesa.

Cuando Anna se queda embarazada, las cosas se complican y confiesa el amor que siente por Vronsky, a su marido. Éste se niega a concederle el divorcio y surgen las inseguridades, los miedos y la desconfianza desde Anna hacia su amante. Anna termina dejándose la vida en unas vías de tren, tras discutir con Vronsky, e incapaz de lidiar con la brutal presión que le viene por todos los flancos.

A la par de esta historia, conocemos los devenires de Levin -una suerte de alter ego del propio autor (según las malas -y no tan malas- lenguas literarias) y Kitty. Una pareja que evoluciona desde la negativa de Kitty hacia Levin -recordemos que Kitty aspiraba a ser la prometida de Wronsky, pero un cruce de miradas en una estación de tren lo trastoca todo-, hasta alcanzar la maduración de un matrimonio -construido sobre la base del amor, la confianza y la fe cristiana.

Tolstói en su vejez
Tolstoi en su juventud

Esa mirada representa, probablemente, la piedra angular de este relato. Y es que en una época donde había que guardar las formas -de entrada- un gesto o una mirada podían determinar más de una decisión. No obstante, algo sutil, se vuelve más obvio y pragmático. Anna decidida a luchar contra lo establecido, lo deja todo por amor, lo sacrifica todo.

Entonces, aquí está, la segunda vuelta de tuerca, el sacrificio. Según la acepción número 7 de la Rae, «sacrificio sería el acto de abnegación inspirado por la vehemencia del amor». Y yo me pregunto, ¿hay amor sin vehemencia? ¿sin abnegación? Siempre desde mi punto de vista, estrictamente personal, o casi siempre, opino que el amor en la entrega sin condiciones, desinteresadamente. Porque de lo contrario, hablaríamos de otra cosa, no de amor.

Y esto me lleva a la cuestión de cómo se establecían ciertas uniones. Una suerte de matrimonios concertados que, por otro lado, eran algo muy habitual. Estamos hablando de la Rusia de finales del siglo XIX en la que una pugna, entre el conservadurismo arraigado y un liberalismo incipiente, se viene instaurando a lo largo del tiempo. Éste segundo intenta abrirse paso porque es inevitable, hablamos del progreso en sí mismo, algo que abarca no solo el aspecto económico, sino el cultural y social.

Evidentemente, estos emparejamientos, cojean a priori cuando una de las patas es más corta. Que se trate de un novela ambientada en la clase burguesa, no le exime de la brecha de género, que la había. Pero, además, esta brecha de género se entremezcla con el concepto de la familia. De hecho, el libro gira en torno a la familia nuclear con los ejemplos entre Anna y Karenin -unión de conveniencia-, el matrimonio entre Stiva, hermano de Anna, y Dolly -matrimonio en crisis debido a la infidelidad del marido-, y la relación entre Kitty y Levin -matrimonio que gana la batalla de las vanidades y, por decirlo de alguna manera, acaba triunfando.

Hay expresiones que, detesto profundamente, me vienen a la cabeza como, De toda la vida se ha hecho esto o lo otro, Siempre se ha aguantado o La mujer tenía que soportar/tolerar porque era lo que tocaba. Estas sentencias resumen la gran desigualdad que ha existido entre géneros -que, por desgracia, aún existe. Sin ir más lejos, son expresiones que aún son usadas por perfiles determinados -es tremendamente fácil identificarlos*. Para concretar más, en esta misma disertación existen dos conceptos, adulterio versus infidelidad. Esta misma diferenciación, entre un término claramente ofensivo y otro más leve, casi frívolo, nos dice muchísimo de un mismo acto.

Se planteaba el concepto de adulterio cuando se señalaba a la mujer y el de infidelidad cuando era referido al hombre. Obviamente, el primero tenía connotaciones legales cuando el segundo era más como un hábito permitido en los corrillos sociales. Por eso es muy reseñable el hecho que la trama esté protagonizada por una mujer que lo sacrifica todo, la familia y la posición social por amor, porque ella es, definitivamente, una mujer que ama con todo su ser.

Pero Anna no solo es la mujer que ama, es una mujer que tiene inquietudes, con librepensamiento, que no encaja en el perfil de mujer florero. Posee una personalidad arrolladora que para nada combina con la expresión «Detrás de un hombre hay una gran mujer», sino que se sale de ella copando los primeros planos. Es una mujer empoderada, fuerte, decidida y es toda esa seguridad la que desata la férrea oposición de los círculos de su entorno.

Finalmente, Anna se rompe y su seguridad se quiebra. Su castillo se desmorona por la negativa del marido a concederle el divorcio, por el rechazo despiadado de su entorno social y por el incipiente cambio de comportamiento de su amado.

El hecho que el autor hable de la temática que trata en esta obra es, en sí mimo, un acto revolucionario. Hablamos que Tolstói nos ofrece el relato de un matrimonio de conveniencia, dónde existía una extraordinaria diferencia de edad entre el hombre, y la mujer. Nos cuenta que el sostén de ese matrimonio no se basa en amor, sino en algo artificial consentido por la costumbre. Dónde vemos como la aventura con otro hombre deriva en un brutal rechazo social y, finalmente, el suicidio de Anna.

A Anna podríamos ponerle varios rostros y la gran pantalla ha condicionado mucho esta cuestión. Pero yo me voy a quedar con unos pocos. Juzguen ustedes mismos.

Greta Garbo vs Anna
Jaqueline Bisset vs Anna

Keira Knightley vs Anna

Sobra decir que esta obra, y su dimensión, lo es por mérito propio, aunque haya pasajes que se hagan intensos. Y es que, a veces, las buenas historias requieren de cierta densidad para poder describir su magnitud.

Finalmente, no me gustaría marcharme sin dejar constancia de algo que mencioné al principio del post, lo tremendamente injusto que me parece el término adulterio. Porque resulta malsonante, porque hace que la culpa recaiga completamente sobre las espaldas de la mujer como un yugo escarlata que emite un sonido escalofriante, repelente y odioso. La historia está plagada de relatos donde la mujer es maltratada desde todos los flancos, porque así era entonces, máxime siendo una mujer así de empoderada. Y en este presente que a mí me ha tocado vivir aún queda mucho por hacer. Decía una gran poeta estadounidense,

«Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos en pie».

Emily Dickinson

No nos conformamos con una parte, lo queremos todo.

Gracias, V.

Imágenes:

  • Imagen de la portada de una de las ediciones extraída de albaeditorial.es.
  • Foto primera edición extraída de Wikipedia.
  • Foto del autor de joven extraída del perfil Graf.Leo.Tolstoy de Facebook.
  • Imagen del autor en su vejez (imagen, probablemente coloreada) extraída de Wikipedia.
  • Foto de Greta Garbo extraída de misiglo.es.
  • Foto de Jaqueline Bisset extraída de moviesanywhere.com.
  • Imagen de Keira Knightley extraída de uncuyo.edu.ar.

*Recomiendo «Los hombres que odian a las mujeres» de Laura Bates para tomar conciencia de qué está pasando en la machosfera.

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Persuasión, Jane Austen

Una vez soñé una de esas historias de amor, de esas de las que se dicen que son las más bonitas y que jamás han sido contadas. Entonces desperté y recordé que yo era la protagonista de una de ellas…

Persuasión es una historia de segundas oportunidades. Es una historia que trata de segundas partes forzadas por la imposición elitista y familiar de la época georgiana. Es una historia hermosa donde las haya, en la que el amor despliega la lealtad y la calma, como mejores versiones de la virtud de la paciencia en su máxima expresión.

Jane Austen

Persuasión fue publicada en el año 1818 de forma póstuma, al ser el último libro que la autora escribió antes de fallecer en 1817. Nacida en Hampshire en 1775, Jane Austen refleja a la perfección las relaciones sociales, la cultura y la educación, no solo en sentido general, sino de la mujer en la Inglaterra de los siglos XVIII y XIX.

Siendo una novela que algunos consideran como conservadora y llena de tópicos, en un momento en el que la producción del género de la novela aumentaba de forma exponencial, no deja de ser una manifestación artística de una de las autoras que rompieron barreras como tantas otras de la época con su estilo propio repleto de ironías. Podría tratar este tema más adelante, porque es harto interesante. No estoy segura, pero creo que podría estudiarlo.

Y adentrándonos en la historia en sí, la autora nos habla del devenir de la familia Elliot en la que Anne, la mediana de tres hermanas, está en la posición de la más sensata por derecho propio. Por su parte, Sr Walter Elliot, el padre, encarna al actor vanidoso y con aires de grandeza que no ve con buenos ojos que la más responsable de sus hijas se case con un joven militar de futuro incierto. Para él, no solo la posición y el prestigio son esenciales, sino el porte y la belleza. Es por eso que su empeño por romper esa relación le lleva a él y amigos de la familia a convencerla para rechazar la propuesta de matrimonio.

Cubierta del libro-Ed. Debolsillo.

Anne no se toma esto como una afrenta insalvable, sino que continúa con su vida adaptándose al momento y valorando cada instante. Es una persona curiosa por naturaleza y tiene considerables inquietudes culturales, adora la lectura por encima de una vida superflua. Es experta, sobre todo, en conciliar y apaciguar ambientes enrarecidos, para lo que es solicitada en más de una ocasión.

El destino caprichoso quiere que el pasado vuelva a ella con una fuerza solapada que grita en la lejanía y que crece conforme avanzamos en la historia. Es el albur que late lentamente y va madurando y vive. Así es como se gestan algunas grandes historias de amor, pausadamente, en silencio, pero sin perder la conexión emocional que une dos almas de forma atemporal. Un suerte de «hilo rojo» que establece la conexión entre dos personas que nacieron para amarse de forma incondicional.

«Si hay una facultad de nuestra naturaleza que puede considerarse maravillosa, es la memoria«.

Jane Austen

En el camino a la felicidad, Anne vive varias experiencias que la moldean como lo que ella es en su verdadera esencia. No representa los valores de su familia, porque ella tiene los suyos propios, siendo una rara avis que hace estela cuando pasa. Como decía mi padre «Hace raya» o «Es finica» (sus cosas).

Yo tengo mi propia historia de segundas oportunidades, por eso no me puedo sentir más identificada con esta novela. Ante aquellos agoreros «semi-profesionales» que van de psicólogos «modernos» que decían que segundas partes nunca fueron buenas (mi amiga Silvina sabe quiénes son), decirles que ya lo contó una tal Jane Austen. Una autora que no tenía fama de ser simple, precisamente. Yo, también, tuve que ir contra corriente en un momento de mi vida, porque nadie quería que ocupara mi lugar y no me refiero al lugar de Anne. Anne tenía el suyo, fue Frederick Wentworth quien tuvo que recuperar aquello por lo que fue repudiado, como una servidora.

En fin, sea como fuere, todas las personas tienen que poder tener el derecho a tener una segunda oportunidad. Y todas las personas tienen que poder tener el derecho a construir su propia historia de amor. Porque el amor es necesario, da sentido a la vida misma.

«Conoce tu propia felicidad. No desea nada más que paciencia, o darle un nombre más fascinante, llámalo esperanza».

Jane Austen

Una novela imprescindible, como muchas de la época. Por eso, seguiremos en la brecha.

V.

  • Imagen de Jane Austen extraída de https://www.austenheritage.com/.
  • Imagen del libro extraída de https://www.amazon.com/.
  • Citas extraídas de https://www.europapress.es/ y https://www.psicoactiva.com/.
  • Imagen destacada extraída de https://www.britain-magazine.com/features/a-tour-of-jane-austens-hampshire/.

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«Un amor de leyenda»

Canciona.com®

Hoy el post del blog trata de algo que le he regalado con mucho amor a mi compañero, amigo, marido, pareja, mi partner del camino, de vientos y de brisas, Fran.

Siempre le digo que me diga algo bonito y él me responde que es de ciencias… Hoy soy yo la que le dice algo precioso, porque un «te quiero» ya no me parece bastante…

Se trata de una canción que he podido ofrecerle gracias a Canciona, una empresa compuesta por un grupo de profesionales que trabajan en el mundo de la música y que hacen cosas tan bonitas como estas que podéis escuchar un poco más abajo del post y al final de la letra.

Gracias infinitas a Belen y Javier, que fueron el resorte que activó el cambio hacia un nuevo horizonte. Os quiero tanto…

Espero que disfrutéis de esta canción tan linda que cuenta nuestra historia. Gracias a Canciona porque lo ha sabido plasmar y gracias a la vida por habernos dado la posibilidad de vivir tantas cosas hermosas. No hace falta un cumpleaños, un aniversario o una fecha especial. Cualquier día, de un mes cualquiera, de un año cualquiera…

Y llegamos, y los vimos, y fue una explosión de emociones…tres veces…

Cuenta una antigua leyenda
Del Japón milenario
Sobre un rojo hilo,

Que a pesar de la distancia
Y de las inclemencias
Hay destinos unidos,

En los meñiques de Fran
Y de Vicky siempre habrá
Una arcana atracción,

El Ying y el Yang, la prudencia
Y la febril urgencia,
La luna y el sol.

Dos jóvenes en un barrio,
Que caen en secundaria
Y coinciden en clase,

En el instituto nocturno
Por fin le llegó el turno
Al amor y a sus cauces,

Hubo conjuras y males,
Qué ilusos los mortales
Que osan cortar el hilo,

Y es que a veces hay amores
Cuantos más años mejores,
Que son como el vino.

Lucharon contra gigantes
Crisis y tempestades,
Penurias y fatigas,

Con clases particulares,
Tatuajes temporales,
Joyería de resina,

No se borró con los años
Un amor indeleble
Y el destino los premia,

Vicky y Fran, la luz propia,
Guerreros de Terracota,
Un amor de leyenda.

Pasaron más largos años
Y a veces una fuerza
En el meñique sentían,

Entre entrevistas de trabajo
Se vieron en la puerta
De una cafetería,

Dieciséis años después,
Otra etapa, otro barrio,
Mismo hilo de antes,

Será esa leyenda oriental
O será el sortilegio
De los eternos amantes,

Lucharon contra gigantes
Crisis y tempestades,
Penurias y fatigas,

Con clases particulares,
Tatuajes temporales,
Joyería de resina,

No se borró con los años
Un amor indeleble
Y el destino los premia,

Vicky y Fran, la luz propia,
Guerreros de Terracota,
Un amor de leyenda.

Y el diecisiete de Julio
Allá por dos mil quince
Por fin todo cambió,

Después de tanto infortunio
Una noticia de oriente,
Lloraron de emoción,

Ahora ese hilo es tan corto,
Viven en china y sus rostros
Satisfechos se muestran,

Vicky y Fran, la luz propia,
Guerreros de Terracota,
Un amor de leyenda.

«Un amor de leyenda»

Autor letra: Kako.

Música y arreglos: Equipo de canciona.com®.

Un amor de leyenda (Autor: Kako y equipo de canciona.com®)
  • Foto del post extraída del archivo personal.
  • El audio que se adjunta es un tema compuesto en su totalidad por el equipo de Canciona.com®.
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«El diario de Ana Frank», Annelies Marie Frank.

No encuentro obra más universal que represente el significado de la palabra confinamiento como El Diario de Anne Frank. Como tampoco encuentro otra obra similar que represente el amor sincero e inocente de una niña que vive su juventud como solo se puede hacer, con toda su fuerza.

Cuando era jovencita recuerdo que sentía este libro muy lejano. Era un libro del que pensaba que no era para mí, no podría ser para mí algo así. Yo andaba en otras cosas y, cuando me paraba a pensar, me reafirmaba en la idea que no, efectivamente, no era para mí. ¿Por qué me iba a interesar la historia de una chiquilla que se esconde de los nazis con toda su familia que eran judíos? ¿Quiénes eran los judíos? ¿Por qué querría leer algo así con un final así de trágico? Por entonces, yo no podía permitirme ese lujo. Ya tenía suficiente con mi infierno privado… Un pavor y un dolor inmensos me invadían solo con mirarlo de soslayo. Sea como fuere, teniéndole conmigo, no quería seguir traicionando su memoria.

Así que te leí, Anne. Te leí entera, te sentí y te vi con mis ojos, te escuché hablar, reír y llorar. Eran tantas las ganas que tenía de abrazarte y de decirte no te preocupes, todo pasará, la adolescencia es así, es natural, es divertida, sin sentido, es un caos, un huracán de sensaciones y un montón de risas y cuchicheos. Es el mundo al revés, Anne.

Portada Diario de Ana Frank

Porque el mundo que te tocó vivir, era eso, el mundo al revés. Y del mundo tú sabías mucho, por eso eras un alma indomable. Te he sentido indómita, aventurera y, a la vez, tierna y dulce. Cierro los ojos y te veo, oigo tus engranajes al abordar otro de tus libros y te escucho correr de arriba a abajo en la casa de atrás, antes del silencio.

Anne Frank

Anne Frank tuvo que refugiarse junto con su familia en una vivienda anexa al edificio de oficinas donde trabajaba su padre, Otto Frank. Otto a sabiendas de lo que se les venía encima, fue preparando la casa para esconderse hasta que la guerra terminase. Los Frank, judíos de la clase acomodada, tuvieron que compartir la vivienda con otra familia judía, en precarias condiciones, pero a salvo de la Gestapo. En este contexto, Anne escribió su diario, a la sazón, en el que volcó sus pensamientos, inquietudes, sueños y esperanzas.

Como diario que era, Anne escribe su confinamiento con la sinceridad de una adolescente, con la tranquilidad de hacerlo sobre algo personal, íntimo y que es lo que le confiere la virtud, la belleza y su carácter único y, diría, irrepetible. Este diario ve despertar su sexualidad y erotismo, reflejado de la única forma que una chica de su edad puede hacerlo, con naturalidad y frescura. La atracción que el hijo de los Van Pels, Peter, y ella se profieren; la relación que tiene con su hermana Margot y que evoluciona, según avanza su diario; el tumultuoso vínculo con su madre; pero, sobre todo, la fidelidad y amor que le profesa al padre. Un oasis de ternura, cordura, sensibilidad, fraternidad, rodeado de barbarie sin sentido, caos, muerte y fanatismo.

Se me ocurren muchas cosas, podría llenar páginas enteras. Me quedaré con la idea que entre tanta maldad aflora lo mejor (y peor) de la condición humana. La valentía, el tesón, la solidaridad, la constancia, el optimismo, el amor y la esperanza de Anne. Una chica a la que le encantaba observar el cielo nocturno y adoraba la belleza de los árboles, que era la más feliz cuando sentía el aire en su cara. Pero por encima de todo, de ser ella misma.

Anne Frank nos dejó un testimonio hermoso. ¿Qué hay más bonito que leer las palabras de una adolescente que es feliz? Porque ella lo fue, a pesar de estar rodeada del infierno. Hasta que le robaron su vida, su risa y sus sueños.

Sería un tópico decir que ojalá los niños nunca tuvieran que sufrir las guerras y los conflictos de los adultos. Demasiadas pinceladas desde el punto de vista antropológico. Pero eso se lo dejo a los entendidos, no es mi caso. Yo solo sabría decir que los niños están para vivir, siendo felices, riendo, jugando, siendo niños. Pero me da que no hemos aprendido nada, el hombre sigue dando muestras de inmadurez. Quede este documento, testimonio, para recordar que la inocencia infantil está por encima de toda la mugre de nuestra condición humana.

Sinceramente creo que estos libros deberían ser propiedad de sus dueños en vida. Deberían ser historias contadas por una señora mayor, mientras enseña instantáneas de un antiguo álbum de fotos. Pero es un libro que trata de los últimos meses de vida de una chiquilla que vive con toda la fuerza de una joven que solo tiene ganas de vivir.

Tomemos conciencia de la vida. Porque la vida es para eso, para vivirla hoy, ahora, en este momento. No lo dejemos para el final de nuestros días, entonces será tarde.

Gracias Anne, allá donde estés.

  • Foto de la portada del libro extraída de megustaleer.com.
  • Foto de Anne Frank extraída de es.wikipedia.org.
  • Foto de familia y Peter van Pels extraída de annefrank.org.
  • Si deseas saber más sobre la historia de Ana Frank puedes consultar en el enlace https://www.annefrank.org/es/.

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«No he cruzado océanos de tiempo para al final encontrarme contigo. En ocasiones veo vampiros…» de Antonio Jesús López Alarcón.

Virgen santísima del corazón bendito. Pero, ¿en qué estaba pensando el autor para poner semejante biblia de título? Y, ¿por qué leer un libro sobre vampiros y chupadores de energía? No se vayan, aún hay más…

Para responder a la primera pregunta habría que preguntarle al autor y, podría imaginarme su respuesta. A la segunda pregunta se me ocurre responder un «¿por qué no?». Verdaderamente el autor es una persona bastante interesante, sin llegar a ser empalagoso. También podría decir porque es de Antonio y punto. «¡Pues sí que tienes criterio!» dirían algunos. Pues oye, que me dio realmente la gana de hacerlo y me las refanfinflan todos esos que van de guays, progres y pseudoespirituales.

Portada trasera

No me jodan, pues claro que tengo criterio. Fíjense si es así que leo un libro para reconocer a vampiros energéticos, aka* personas tóxicas, para reconocerme a mí misma en alguno de sus supuestos. Y, claro, sucede que me he reconocido casi en todos. ¡Qué horror!

Pues no, yo soy, he sido así, o estoy siendo, porque esta máquina no se detiene. Y es que el ego tiene hambre, y mucha, y si nos dejamos llevar por él sembraremos el sendero de víctimas con la yugular abierta de par en par. No todo el mundo tiene la valentía y honestidad como para bajar la mirada hacia su propio ombligo y mirar cara a cara sus imperfecciones. Este es un campo de batalla por el campan los chupasangre y este manual nos puede ayudar a identificarlos. Tanto a los malhechores del mal como aquellos que hacen bien. No todos saben lo que hacen y no todos saben que lo hacen con maldad. Ni siquiera no todos saben que están ahí fuera, porque pueden estar en tu propio interior. Si lo reconocemos, pues perfecto, nos ponemos a trabajar y asunto arreglado. Y si no quieres reconocerlo, pues corres el riesgo de quedarte solo si tus víctimas te identifican.

Vampiros reales. ¿Ein?
Una gitanilla en el puestecillo…

Pero, ¡ay amigo!, cuidado con aquellos que lo hacen con saña porque tendrás que preparar el kit anti-vampirismo: estaca, cruz, agua bendita, plata y ¿qué sé yo? Y es que el señor Bram Stoker dejó el listón demasiado alto, en fin…

De mi experiencia personal, comentar que me he reconocido en muchas cosas que he hecho y que me han hecho. Éstas últimas las tengo más frescas y las reconocí más deprisa. De mis errores tuve que poner a trabajar a la máquina pensante y escarbar en el pasado. Porque no estamos exentos de colocar la regleta de enchufes allá donde se tercie. Lo bueno de hacer auto-crítica es que uno se da cuenta que no tiene que turbar más allá de lo que no se quiere ser turbado. O mejor, nada.

Haciendo los deberes…

Hay características personales que valoro por encima de todo, siempre, pero especialmente en estos momentos, la honestidad, la lealtad y la fidelidad. Pues además de todo eso, Antonio tiene la de la sinceridad. Y si hay algo que digo muchísimo es que hay que tener un par, para aguantar estoicamente a una persona sincera sin revolverse por dentro. Porque sí, está muy bonito y es muy chic decir «yo prefiero que las personas sean sinceras conmigo». ¡Qué te acuestes! que diría mi padre.

Como me da igual lo que piensen algunos, vamos, que me trae al pairo. Digo lo que quiero, a quien quiero y como quiero. Para eso es mi blog… Por eso digo ¡bravo, por tu tenacidad! y ¡bravo por tu capacidad de superación y observación! Lo más bonito, que lo haces así de natural, con amor, y eso no le sale a todo el mundo. Así que este post está enfocado en tu libro, sí. Pero está dedicado a ti y te halago porque te lo mereces. Porque mira que conozco gente con historias, pero tú ganaste mi alma hace tiempo. Y del peloteo, al golf. Y si no, como diría mi padre «vete a por hierba pa’ la radio» que os juro por lo más grande que no sé qué quiere decir. Mira que le vengo dando vueltas …

«Algunas personas solo existen como ejemplos de lo que hay que evitar ser».  

www.frasess.net 

«Solo eres responsable de tus decisiones, no de las ajenas».

www.frasess.net 

«Deja ir a personas que solo llegan para compartir quejas, problemas, desastres, miedos y juicios».

www.frasess.net 

«Distancias honestas valen más que cercanías hipócritas».

www.frasess.net 

“Las personas tóxicas se adhieren como bloques de hormigón atados a sus tobillos, y luego invitan a nadar en sus aguas envenenadas”.

John Mark Green*

«Si levantas la vista de tu ombligo verás que no eres el centro del universo».

lamenteesmaravillosa.com

Un libro que recomiendo con amor y buen humor. El que tiene su autor Don Antonio Jesús López Alarcón.

Gracias hermoso.

V.

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Una poesía a la pasión del verano.

Amor platónico

 

Blanco de las iras

salí buscando oscuridad.

No era de día,

tampoco de noche.

 

En un lugar apartado,

intuyendo la soledad,

me quedé vencida.

 

Fue una sombra

la lujuria desatada

en la silueta de un joven

lo que me despertó.

 

Me dejé llevar absorta

en pensamientos libidinosos.

Y el agua nos arrastró

llevados por el calor.

 

Él era hermoso

yo joven y apasionada.

Ardimos en combustión

como si llegara el fin de la pasión.

 

No existía nada alrededor.

No vivía la vida.

No moría lo muerto.

Y, sin embargo, fue el ímpetu

lo que avivó el ardor.

 

Aquel verano sentí morir

porque todo fue un sueño

que no debió ocurrir.

 

Todo quedó en el frenesí

de una mente calenturienta

que trató de conseguir

el amor platónico y altruista

de alguien que nunca me vio venir.

 

Antonio se llamaba él

un chico malo que en un arrebato

destruyó todo atisbo de amor.

Y una falla nos separó

un verano, que nunca sucedió.

 

 

 

 

 

 

 

  • Imagen extraída de https://historia-arte.com.

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Una poesía al solsticio y los amores de verano.

Solsticio

 

Ha desaparecido un trozo de mí y

he caído en la cuenta

que tengo que aprender a vivir.

Pero el duelo me ha dejado un agujero.

Un agujero, redondo todo él.

Para llenarlo tengo que poner esmero,

y no sé muy bien con qué.

 

El solsticio me ha devuelto las horas perdidas.

Donde habitaba el baldío desierto,

ahora campos fértiles de fuego

orientan las horadadas heridas.

 

Pero, ¿alguien me puede explicar?

Solsticio de verano – poema

Mis tórridos sentidos te devuelven a mí de repente.

Te desenfocas en la espuma del mar,

tu imagen a contraluz se torna iridiscente.

Como la arena, te deslizas entre mis dedos,

ha sido el espejismo en la orilla

el que va soslayando mi pensar.

 

Quiero retenerte y sentir tus acordes,

me agarro a notas en el aire

pero no puedo escuchar la armonía de tus ojos

y la música de las caracolas.

 

¡Ay!, ¿alguien puede escuchar?

 

El pasado me atrapó en tus risas

el estío me retiene en la locura.

En nuestro delirio hermoso me perdí

con él lleno mi agujero de amargura.

 

Cada veintiuno retorno a gritar

¿Por qué te lo quedaste mar?

Lavanda y una rosa blanca.

 

Aquel solsticio dejó un agujero

dentro de mí, redondo todo él.

 

  • Imagen extraída de www.1freewallpapers.com.

 

 

 

 

 

 

 

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Ekhi: Siguiendo tu estrella, de Maite García e Igor Del Barrio.

     Antes de empezar a hablar sobre este libro quiero contar una anécdota que me sucedió el pasado 14 de julio allende los mares, al otro lado del mundo. Había sido mi cumpleaños el pasado mes de junio y mi marido, su compañero y un amigo de aquí fuimos a tomar unos pinchos. El chico, que vive aquí en Taiyuan, recordaba que fue mi cumpleaños porque mi marido se lo dijo. Pues este chaval, tan majo y buena gente, vino con un regalo para mi. Cuando lo vi, me recorrió un escalofrío porque lo primero que me vino a la mente fue el último libro que había leído. Según lo escribo ahora, siento lo mismo. El regalo era un colgante de jade con forma de hoja en tonos ocres y marrones claros, como los de una hoja seca, pero llena de vida. 

     Hace tiempo que dejé de creer en las señales, porque hace tiempo que me siento triste y una extraña soledad revolotea sobre mi cabeza, a veces buscada y a veces no. También es cierto que me encuentro en una etapa de mi vida en la que no me apetece socializar tanto como antes y no aguanto como antes a ciertas personas e individuos. Tampoco tengo por qué. La cuestión es que todo esto se detiene cuando estoy con ellos, con Javier y Belén. Ellos me transmiten la paz, el respeto y la libertad que necesito. Y desde ellos me llegó este libro, que yo ya tenía pensamientos de adquirir. Pero un buen día 1 de julio nos fue regalado en una ceremonia tan bonita que me emociono sólo de recordarla. Así pues, este libro se vino conmigo a tierras asiáticas. Pero no iba a ser ese el caso, porque después de leer las dos primeras páginas, me dije a mí misma «no puedo leer esto, no puedo». No paraba de llorar y no podía ni leer y sentí tanto dolor que lo dejé sobre la mesita de noche sin abrirlo. El fallecimiento de mi padre aún estaba muy cercano y me removía las entrañas. Y en el último momento lo coloqué en la bolsa del portátil. Cuando llegué a Moscú y, con tanto tiempo libre, lo abrí y casi lo terminé, pero la gente me miraba porque no dejaba de llorar y no soporto que la gente se me quede mirando. Es una sensación que no puedo controlar desde que era niña. Así que me refresqué y me fui a tomar un café que me rescatara de la ensoñación. En Pekín, tuve una aventura digna de una película de los Monty Python (Belén y Javier lo saben) y todo se solucionó como quien deslía una madeja de lana, con paciencia y tesón.

     Leer Ekhi, siguiendo tu estrella, ha sido como caminar de la mano de Maite e Igor, mientras me narraban este diario con una sonrisa en la cara. Es un libro tremendamente emocional y llorar me parecía una injusticia y sentía que no debía hacerlo, pero he sido incapaz de reprimir las lágrimas. Ni siquiera se trataba de la misma situación y el sólo hecho de hacer una comparación me produce una enorme culpabilidad, pero me imbuí en sus palabras de una manera que lo sentí en lo más hondo de mi ser. He llorado, he gritado y he tenido pataletas de niña herida. Todo eso me ha producido leer este libro. Y en un momento de paz, me quedé con esa carita de felicidad. Dios, pensé, «Yo quiero estar así ahora». Y entonces, me quedé rendida en el asiento del avión camino a Taiyuan. Cuando llegué aquí, le dije a mi madre que tenía que leerlo, que le ayudaría muchísimo. Hazme caso mamá…

Ekhi

     Compartir el tiempo y el espacio perdida entre las líneas de Ekhi ha significado un balón de oxígeno que me ha insuflado paz, serenidad y amor. Porque Ekhi es amor en estado puro, cada palabra, cada párrafo. Todo destila amor. No hay más que verles a ellos, sus padres, Maite e Iñaki, son la belleza. Y por eso, entiendo que esto haya desembocado en un proyecto solidario (más información en www.ekhiproject.org).

Autores de Ekhi: siguiendo tu estrella.

  Esta es la historia de la vida y como tal está llena de enseñanzas. Una historia de superación increíble, del día a día después de una terrible tormenta. Antes yo solía decir eso de «Nada sucede por casualidad, sino por causalidad». Ahora ya no lo digo tanto, pero como todo siempre existen excepciones y este libro es una de ellas.

Gracias Maite, gracias Igor, V.

Gracias Iñaki por conectarnos a todos.

Y, gracias a Javier y Belén por traer esta historia a mi vida.

* Dibujos de Juanjo Barón que ha colaborado desinteresadamente. Fotos cedidas por Igor Del Barrio.

*Si queréis más información acerca del proyecto solidario podéis entrar en www.ekhiproject.org.

*Iñaki Plaza no aparece en el post en imágenes. Pero si queréis información sobre él y su carrera musical podéis entrar en el enlace arriba indicado y en www.inakiplaza.com.

 

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